La esquina

José Aguilar

Llueve sobre mojado

LA presidenta de la Junta ordenó hace siete meses la revisión de todas las subvenciones concedidas por la Administración autonómica para cursos de formación de parados a partir de 2007. Desde entonces se han hecho 480 requerimientos de información a las empresas subvencionadas y en 56 casos se ha solicitado la devolución total o parcial de las ayudas.

Justa, oportuna (ya había estallado el escándalo de las facturas falsas de UGT) y necesaria medida, que probablemente no evitará que Andalucía vea asociada su imagen a la corrupción institucionalizada y vinculado su sistema político al clientelismo y la picaresca. Y no sólo porque la filtración de la investigación policial sobre un minúsculo porcentaje de estas ayudas, convenientemente inflada, haya caído en un terreno abonado en el que esta comunidad autónoma ya ha sido retratada para siempre como el ámbito en el que todos los chanchullos, trinques, mangoletas y corruptelas tienen asiento y recorrido.

Aquí llueve sobre mojado. Llueve sobre el mojado del caso de los ERE, en el que pasa de ciento sesenta el número de imputados y cuya génesis y desarrollo no es posible entenderlos sin la evidente responsabilidad política de los gobernantes autonómicos, que siempre, pero siempre, siempre, han sido socialistas. Llueve sobre el mojado de una materia, la formación de los desempleados, de la que existen serias sospechas desde el primer momento de que dio origen a la creación de empresas, empresitas y chiringuitos de vocación logrera cuyo objetivo inconfeso era aprovechar un nuevo filón de dinero público de aparente orientación social. Llueve sobre el mojado de la práctica reiterada de un doble hábito perverso: otorgar fondos de todos a cualquiera que lo solicite y no vigilar suficientemente el destino que se les da. La mejor prueba es que Susana Díaz haya tenido que decretar su control a posteriori. Varios años a posteriori de cuando se concedió cada subvención. Lo que Susana mandó hacer en septiembre con carácter excepcional es lo que tenían que haber hecho sus predecesores de oficio.

A todo esto, una parte del Gobierno andaluz, la que representa IU, está a cinco minutos de promover, junto al PP, una comisión parlamentaria de investigación de las ayudas a la formación. Es lógico: IU no se puede corresponsabilizar de los vicios de los gobiernos anteriores. Otro motivo de ruptura de la frágil coalición PSOE-IU.

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