perversiones gastronómicas

josé Berasaluce Linares

El mago de las setas

Establecimiento: Restaurante Juan Carlos. Jerez

Entender la naturaleza, comprender la relación entre el hombre y su medio es un afán que da sentido al alquimista. La alquimia es una antigua práctica y una disciplina de la filosofía que combina elementos de la ciencia, las ideas, la astrología, el espiritualismo, el arte. Un alquimista también es un soñador.

Soñar es la mejor forma de vivir, no en vano dejar de soñar es comenzar a morir. Juan Carlos tuvo un sueño hace 25 años: innovar, mirar al horizonte, crear cosas nuevas y creer en él. Y en Jerez. Y no mira atrás porque sabe, como su paisano Caballero Bonald, que somos el tiempo que nos queda por vivir.

El tiempo es precisamente aquel que nos da los frutos nuevos. Y las setas llenas de leyendas, de magia, de cuentos y de gnomos se unen en un emplazamiento de aroma provenzal que Juan Carlos Carrasco Benítez (Jerez, 1964) ha imaginado como creador uniendo aromas y sabores nuevos y tratando de fantasear investigando e imaginando como alquimista del Sherry.

Un paisaje evocador. Un idealista. Olores comestibles. La micología del Sherry. Palo cortado y boletus. Otoño y cazadores. A todo eso sabe el Restaurante Juan Carlos.

Un antiguo caserío en una pequeña loma en Jerez (Carretera de Arcos a Cortes, kilómetro uno) divisa un horizonte lleno de futuro y de cariño al trabajo bien hecho. Juan Carlos se formó en Alabardero y comenzó su andadura en los años 90 fascinado por la cocina creativa y fue capaz de ofrecer algo nuevo. Presentó en Jerez un nuevo concepto de cocina. Precursor de la innovación gastronómica fue capaz de descubrir nuevos territorios y después de 24 años vuelve a encontrarse consigo mismo.

El nuevo Restaurante Juan Carlos está lleno de pequeños detalles dignos de admirar. Hay que recrearse en el sutil lenguaje de la cocina precisa y sofisticada. Varias estancias decoradas con gusto por Paco Tinoco con suelos hidráulicos, chimeneas y con matices de Chateau de Burdeosnos trasladan a un espacio deslumbrante.

Sus instalaciones estás llenas de posibilidades para celebraciones, para disfrutar de las mejores setas de la provincia, para una declaración de amor, para un almuerzo fugaz, para una conmemoración o para el viajero ocasional.

Discreción en la sala. Silencios. Tanta paz se respira que casi invita a la meditación. No se pueden perder el Lomo de ciervo con crema de foie y salteado de boletus. Maridarlo con un Palo cortado de las Bodegas Fernando de Castilla es un canto a la magia.

Es un jardín de las delicias, las chantarellas, las amanitas caesareas, las trompetas de la muerte, la parrillada de setas del Parque de los Alcornocales. Déjense llevar por este romántico.

Una bodega excepcional completa la oferta micológica y espiritual. El restaurante te da la bienvenida con una cava de vinos acristalada y escenográfica con referencias enológicas de todo el país y una selecta representación del vino de Jerez. El Sherry le da sentido a Juan Carlos. Es un mago de las salsas y las cremas en las que utiliza Brandies, amontillados, olorosos en la proporción y armonía justa. Un precio asequible y una calidad excepcional hacen el resto.

También se atreve con el cuchareo y nos ofrece un salteado de alcachofas con crema de boletus y tallarines de chocos o con una extensa y melosa carta de arroces.

Juan Carlos va al mercado todas las mañanas y se sigue inspirando con los guisos de su madre. Sentimiento, criterio, armonía y capacidad creadora definen a este alquimista del Sherry.

Machado en sus Campos de Castilla supo adivinar el alma de Juan Carlos. El poeta admira y calla; el sabio mira y piensa pero Juan Carlos busca las moras y las setas porque prefiere lo vivo a lo pintado, es el hombre que piensa, canta y sueña y que llena su cabeza de fantasías.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios