RESULTA que ese tan necesario nuevo contrato televisivo que palie las actuales diferencias de clases en nuestro fútbol está siendo el detonante que deja al aire las insostenibles relaciones de su cúpula. La Liga dice una cosa por medio de Javier Tebas y la Federación Española hace oídos sordos o dice lo contrario, mientras el fútbol español corretea como un pollo sin cabeza rumbo a ninguna parte, o, peor aún, hacia no se sabe dónde.

Y para que el dúo que debiera manejar la barca no sea el único culpable, he ahí a Miguel Cardenal echando balones fuera para disculpar a un Gobierno que no cumple las promesas. En el ínterin, los clubes recitando una especie de Aleluya como aquel que interpretaba Cantinflas como apoteosis de la falta de compás y de un mínimo de musicalidad. Porque es que el papelón que está haciendo el fútbol, sus mandarines, en este apartado es para un cajonazo en condiciones.

Y, por si fuera poco, el remoloneo de los más favorecidos que dicen lo que dicen con la boca chica cuando lo que subyace es que no quieren que se mueva un varal. He ahí la realidad de todo, que la pelea que se traen Madridy Barça es de puertas afuera y en la yerba, pero aliados incondicionalmente a la hora de defender su statu quo. Una situación que también apoya Roures en la palmaria demostración de que son Madridy Barça lo único que en realidad le interesa.

Revoloteó el fantasma de una huelga inminente ante la que parecieron reaccionar los remolones mientras el parlanchín Javier Tebas continuaba con sus denuncias y sus fervorines. Las últimas reuniones han servido para diluir tan temible fantasma, con lo que la vida sigue igual. Pero¿seguirá igual durante mucho tiempo? Es difícil de adivinar por cuánto, pero, desde luego, mientras las cúpulas anden a la greña y no del brazo, los problemas, todos, tenderán a eternizarse.