SE celebró ayer el último pleno de la legislatura, y en contra de lo insinuado por la alcaldesa días antes, no se han presentado las cuentas del año 2013. Es decir, que se va a las elecciones, sin conocer como está la economía del Ayuntamiento desde 2012. Si ya es difícil entender cómo ninguno de los grupos que concurren puede presentar un programa económico sin conocer la situación real del Ayuntamiento (bueno, el que gobierna se supone que sí lo sabe y por eso no quiere decirlo), más complicado aún es entender por qué se consiente que se vulnere la ley de manera tan flagrante sin que nadie haga nada: ni la justicia interviene de oficio para que se hagan públicas dichas cuentas, ni ningún grupo las reclama por vía judicial. Ellos sabrán, pero desde luego poco programa creíble podrán presentar cuando ni siquiera los que forman parte de la corporación municipal tienen ni idea de cómo estaba la caja en diciembre de 2013. Intentar saber cómo estaba en diciembre de 2014, ya suena a coña. Lo razonable sería que antes de las elecciones supiéramos cómo estaba la caja municipal al llegar y como la dejan ¿no?

También sería bueno que alguien se propusiera hacer una comparativa de qué propone cada uno de los grupos que se presentan sobre distintas cosas... las cuentas municipales, el personal, qué harán con quienes han sido despedidos de forma arbitraria e improcedente, cómo atraerán nuevas empresas y ayudarán a no cerrar a las que están, cómo ayudarán a generar empleo, de qué forma ayudarán a quienes están en riesgo de exclusión a no caer en ella, qué arreglarían, qué cambiarían... en fin, todo eso que realmente nos interesa y que nos gustaría saber para decidir a quién queremos votar en función de que nos guste más o menos lo que quieren hacer con nuestra ciudad, y no por lo que hacen en Madrid, en Sevilla o los palos que se den en las tertulias.

Claro, que proponer cosas que se quieren hacer, sin conocer las cuentas y por tanto cuanto se debe y cuanto de lo que se ingrese está ya comprometido, es ciencia ficción, o dicho de otro modo... ¡un suponer!