Afalta de un mes para la celebración de las elecciones en Cataluña, la pertenencia a la Unión Europea y, por tanto, a la Eurozona, se ha convertido en el talón de Aquiles de la propuesta independentista de Artur Mas, presidenciable aunque cuarto en la lista de Juntos por el Sí. Está en los tratados, una Cataluña independiente se colocaría fuera de la Unión Europea y, como nuevo Estado, tendría que solicitar su adhesión al grupo de los Veintiocho. Ningún gran país europeo va a permitir la independencia unilateral de ningún Estado en el continente, de tal modo que Cataluña saldría fuera y no de modo transitorio, y quedaría lejos de Bruselas y sin una moneda común, lo que supondría una quiebra de su Historia que pagarían varias generaciones de catalanes. La aventura de Mas no tiene ningún apoyo internacional que le permita abordar otro futuro, pero aun así él y los republicanos están dispuestos a llevar Cataluña al fondo del precipicio. La próxima semana, Mas inicia su campaña con una intervención en el Parlament, donde explicará las razones del adelanto electoral y su propuesta plebiscitaria que, entre otros aspectos, también es bastante irresponsable en cuanto al futuro inmediato porque no garantiza la formación de un Gobierno para llevar el día a día de la comunidad. Se trata de una propuesta sin programa con el único objetivo de la declaración unilateral de independencia como instrumento de chantaje para obligar al Estado a gobernar la secesión pactada. No es otra cosa. Sin embargo, ésa es otra de sus debilidades. A medida que el Gobierno de Rajoy y otras instituciones del Estado se mantengan firmes, la coalición electoral se enfrentará a sus contradicciones internas y los socios acabarán distanciados y condenados a otra convocatoria electoral. ERC y la CUT, que apoyaría a Mas si se rebela desde el primer día, querrán forzar la declaración unilateral en cualquiera de las situaciones, incluso en las más adversas, pero Convergencia no querrá dar esos peligrosos pasos porque sabe que, en esa situación, el desastre económico se instalaría en Cataluña. Y, además, aún está por ver qué mayoría sacará Juntos por el Sí, habida cuenta del buen encaje que está teniendo Ciudadanos y la propuesta de izquierda de Podemos e Iniciativa, entre otros. Aunque está formación se presenta sin una propuesta clara sobre la secesión, no se sitúa en el bloque de la independencia. Pero, incluso, la mayoría absoluta no garantiza una fuerza democrática suficiente para tirar el Derecho a la basura por la vía de las urnas y más cuando esa previsión se basa en los desajustes de proporcionalidad de las cuatro circunscripciones, no en una mayoría de votos populares.