Crónica personal

Pilar Cernuda

Pacto de perdedores

EL líder de los socialistas portugueses ha dicho lo mismo que Arenas aunque con otras palabras, que no le gustan los "pactos de perdedores". Antonio Costa respondía así a quienes tras conocer el resultado electoral del pasado domingo le preguntaban si se había planteado un acuerdo con los partidos de izquierdas para arrebatar el Gobierno a Passos Coelho, que no ha logrado la mayoría absoluta.

El dirigente portugués cree que debe gobernar quien gana las elecciones, como ocurría con sus compañeros españoles Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero. Este último, sin embargo, permitió luego un tripartito que fue origen -en parte- de lo que ocurre en Cataluña, porque un Mas rabioso entró en la dinámica independentista al verse fuera del Gobierno a pesar de haber ganado.

Durante la democracia se ha cumplido el pacto no escrito de que gobierne en España -que no en las comunidades autonómicas ni en los ayuntamientos- quien gana las elecciones. Pero Pedro Sánchez tiene tanto afán de poder que no quiere ni oír hablar de pactos no escritos, sino que está dispuesto a acordar lo que haga falta con aquellos que sumen suficiente número de escaños como para dejar a Rajoy fuera de juego.

Allá él, pero en el partido hay personas relevantes que no están por la labor, que creen que los españoles tienen derecho a ser gobernados por quien ha gana. En ningún caso les atrae la idea de que se arrime a un Podemos o a marcas afines, que hoy se han hecho con el poder en ayuntamientos y gobiernos regionales gracias al apoyo de los socialistas y que están demostrando ejemplos clamorosos de falta de preparación y experiencia de gestión.

El resultado de las elecciones portuguesas es analizado en conversaciones de dirigentes socialistas, y son más los que se sienten identificados con Antonio Costa que los que piensan que se debe aprovechar cualquier oportunidad para gobernar. Susana Díaz ha sido muy clara al ser preguntada por el pacto de perdedores. Su antecesor Griñán gobernó sin haber ganado, y ella no ha cejado en su empeño de ganar sus elecciones para quitarse de encima ese sambenito. Le ha costado conseguir el necesario apoyo de Ciudadanos, pero nadie podrá decir que no cuenta con el apoyo mayoritario de los andaluces.

Son dos formas muy distintas, las de Díaz y Sánchez, de ver las cosas. Una más de las muchas que les separan.

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