Diario De las artes

bernardo Palomo

ART SEVILLA. Con la máxima expectación

La Feria de Sevilla nace con mucha vocación de futuro

Una nueva Feria de Arte asomaba en el panorama expositivo sevillano. Las referencias no eran las más edificantes. Aquel ARTE SEVILLA sólo traía recuerdos que mejor eran olvidar. Tampoco aquello que tuvo lugar en el Pabellón de los Descubrimientos, un sólo año, organizado por Pepe Cobo, supuso absolutamente nada para el universo artístico de una ciudad que no tenía suerte con este tipo de organizaciones. Ni siquiera las tres Bienales Internacionales de Arte Contemporáneo - BIACS - , sirvieron para mucho; salvo la primera que permitió reabrir la pasarela que une la calle Torneo con la Isla de la Cartuja, cerrada desde que finalizaron los fastos de la EXPO, y que nos trajo, gracias a la sapiencia de Juana de Aizpuru y a los logros artísticos que coordinó el gran Harald Zeemann, un compendio artístico de lo mejor que se hacía en el mundo. En este sentido, todavía, hay grandes deudas no satisfechas que ponen un verdadero borrón a unas experiencias que debieron suponer infinitamente más de lo que, en realidad fueron.

Por eso, otra Feria con organizadores escasamente conocidos en los circuitos artísticos, sin el apoyo, todo lo contrario, de galerías de reconocida solvencia - si, ahora, las galerías tienen, ya, absoluta solvencia en el arte-, con nombres, salvo excepciones de poca trascendencia, auguraban un negro caminar en una Sevilla donde el carro de lo artístico se fue hace mucho tiempo rumbo a Málaga, sin que en la ciudad de la Giralda se apreciaran claros intentos de reacción. En definitiva, un proyecto de Feria que tenía que hacer las cosas muy bien para hacer olvidar lo malo que hubo y lo incorrecto de los pasados planteamientos.

Pero los tiempos, la gente y las intenciones han cambiado y había que conceder el beneficio de la duda a estos heroicos apostantes del arte. Por lo pronto, el espacio donde se ha presentado este nuevo encuentro con la creación plástica es de lo más espectacular. Pulcritud, rigurosidad, estancias diáfanas y claras y ambiente dispuesto para encuentros agradables. Se notaba mucho trabajo, infinita disposición y, por supuesto, nada que ver con la filosofía de otras ferias pretéritas en las que se observaba un patético y acomplejado juego casposo de querer parecernos a. La infraestructura organizativa y espacial, absolutamente pulcra y rigurosa. En este aspecto Ana Morales, la Directora, se puede sentir de lo más orgullosa.

El que esto les escribe, curtido en, quizás, demasiados, encuentros de este tipo, creo que sabe reconocer cuando lo que ve no es más que una historia de advenedizos o, por el contrario, el trabajo serio y entusiasta de un grupo de personas, conocedoras del paño y que, aunque les queda mucho por aprender, tienen ante sí un porvenir de lo más diáfano, siempre que pongan empeño en solventar los manifiestos errores que, como es lógico, se han dado. Puestos a comentar lo bueno que aparece, creo que es de lógica comenzar informando, sobre la obra de Paco Pérez Valencia - stand ARTFactory 7 -, unos poderosísimos dibujos integrados en esclarecedores textos que han sido adquiridos por Fernando Francés para la colección del CACMálaga. Esto que podría parecer un desenlace más dentro del desarrollo normal de una Feria es importante porque, en primer lugar supone el apoyo a la Feria de una institución como la que se encuentra ubicada en el antiguo mercado de Mayoristas malagueño y, además, porque la misma apuesta por un artista presente en la Feria, lo que supone un doble espaldarazo y que demuestra importancia en mucho del contenido artístico. En el mismo stand nos encontramos con la pulcra moderna figuración de Juan Ángel González de la Calle, con la realidad cuestionada y condicionada en un contexto diferente; también nos parece afortunada la presencia de Víctor Pulido, siempre sorprendente y con una obra llena de entusiasmo y felicísimas propuestas plásticas y estéticas; así como, la obra personal e intransferible de Pep Guerrero, con su festivo ideario plástico donde se confunden afortunados momentos de la gran pintura de siempre. Buenos, al mismo tiempo, los Norberto Gil y los Paco Peregrín. Mucho equilibrio en sus propuestas encontramos en la Casa del Arco de Vejer, destacando una inquietante pieza de Adriana Torres. Sobresaliente, por indiscutible, lo que se presenta en Lorenart de Madrid, sobretodo el Clavé, el Millares y el Agustín Redondela. Sobriedad e importancia en el stand de Magdalena Haurie, elegancia, clase y autoridad en esta verdadera dama del Arte sevillano. Obras justas en fondo y forma de Juan Manuel Reyes, David Morago y Guillermo Oyagüez. En María Aguilar, de Chiclana, destacaba, la inteligencia pictórica de Ricardo Galán Urréjola, dominador absoluto del paisaje urbano. Manolo Sáez Messía, jiennense de nacimiento y cántabro de toda la vida, dirige desde hace mucho tiempo, la galería Espiral, cuya presencia en todas las ferias es tan necesaria como su cuidado trabajo. Lo demostraba un stand absolutamente redondo, con obras de Nekane Manrique, Víctor Alba, Joaquín Cano, María Bejarano, Antonio Moya, José A. Quintana y J. Martínez Cano. No pasaba desapercibido el stand chileno de Factoría de Arte Santa Rosa, con obras muy correctas. Su presencia en la Feria puede constituir un banderín de enganche para el Arte que se hace en la otra orilla del Atlántico. En el haber de la Feria no hay que olvidar el stand Soloprojects - la mano experta y sabia de Paco Pérez Valencia en las lides museográficas no pasa desapercibida - con una selección de artistas jóvenes, algunos con horizontes que se nos antojan bastante diáfanos; los nombres que lo conformaban pueden servir de referencia para un futuro. Amaya Oneil, Ángela Mena, Ángeles Alcántara, Celso Román, Isabel de la O, Jorge Pedraza, José Antonio Ocaña, José María Banús, José Montojo, Lucía Venezuela, María Suárez, Raúl Montes y Rubén Fernández Castón. ¡Ojo a algunos de ellos!

Pero, a pesar de que creemos en el proyecto, de que estamos seguros que nace con vocación de futuro y que el entusiasmo, desde dentro y desde fuera, es grande, hay algunos detalles que sobresalen como argumentos que nunca debieron ser permitidos. Se observan espacios que nunca han debido tener cabida en la Feria - hay un par de stands que cualquier bazar chino tiene más sentido - con obras impresentables y pésima calidad. En este sentido se ha echado en falta un mayor rigor en la selección de galeristas y artistas. Algo en lo que se debe insistir para no caer en males pasados y en circunstancias esquivas y escasamente convincentes.

Hemos asistido a una Feria que se adivina llevada a cabo con mucha ilusión, trabajo entusiasta y contando con un pretérito absolutamente en contra. Hay muchas cosas que mejorar; también se echa en falta el apoyo de ciertos ambientes del Arte que no comprendemos muy bien - o sí - porque dan la espalda a una realidad que puede ofrecer muchas cosas buenas a una creación artística necesitada de buenos proyectos. Remar cada uno para su lado no beneficia a nadie. Hubiera sido una buena oportunidad para dar un paso adelante.

Y para terminar, afortunada organización de un Congreso que va a servir, al menos, para saber a qué atenerse y de la edición de una revista con muy buenos argumentos. Feria, en definitiva, que ofrece expectación y esperanza. ¡Bienvenida!

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