La tribuna

jaime Valdivieso Bustamante

No puedo prometer y prometo

UNA frase jactanciosa y falta de originalidad como es "puedo prometer y prometo" en boca de Sánchez significa "no puedo prometer y prometo". Dicha hoy suena como más propia de un sermón escolástico medieval, falso e irracional y confirma lo que la prensa viene diciendo: los políticos nos toman por tontos.

En su famoso discurso preconstitucional del siglo pasado, Suárez hizo siete promesas condicionándolas con otra joya: "Si ustedes nos dan su voto". La séptima promesa era "puedo prometer y prometo que el logro de una España para todos no se pondrá en peligro por las ambiciones de algunos y los privilegios de unos cuantos". ¡Cuántos políticos ambiciosos y privilegiados han ido a parar a la cárcel desde que hizo la promesa! Sería interminable citar las hipócritas promesas que hacen los candidatos sabiendo que no se cumplirán. En su promesa Sánchez ofrece "decencia, diálogo y dedicación" pero no informa a qué camaradas va a expulsar para cumplir con la decencia ni por qué el diálogo excluye al ganador. ¿Quiénes son los tontos?

Los electores vamos aprendiendo con la experiencia para decidir el voto de forma cada vez más racional. Si Rajoy obtuvo mayoría absoluta en 2011 fue en gran medida por la corrupción del PSOE y por la desastrosa gestión económica de ZP que mandó a millones al paro. Y en las elecciones del 20-D Rajoy perdió esa mayoría también a causa de la corrupción dentro de su Partido. Eso causó que buena parte de los votos del PP fueran a C's y del PSOE a Podemos. La corrupción es hoy el GPS que señala la opción menos mala. Al ser todas tan malas estamos sin Gobierno ni Parlamento.

La incapacidad de los políticos para alcanzar acuerdos al momento de nombrar presidente se debió a su desmedida ambición personal por alcanzar el poder, no para resolver los gravísimos problemas de España. Así advirtió Rivera a Sánchez: "no todo vale para llegar al poder". Inútil consejo, para Sánchez sobró el no que falta en "Puedo prometer". Para él todo vale, como demostró al solicitar el apoyo de un Iglesias extremista, antisistema, defensor de caprichos separatistas y de salir del euro.

La pregunta obligada hoy es qué va a pasar el próximo 26-J. Teniendo en cuenta que en los cuatro candidatos prima la ambición de poder que impide pactar, el resultado puede ser similar al 20-D si nada cambia. Cuando toda la oposición predicaba el cambio quitando el gobierno del PP, C's el partido más próximo en ideología pactó apoyar un PSOE corrupto y perdedor. (Ese pacto nos salvó, sin proponérselo, de tener hoy un Iglesias manipulando un Gobierno PSOE.)

Casi a diario aparecen nuevos casos de corrupción en el PP y en el PSOE, los dos presidenciables. Cuando Sánchez acusó a Rajoy de no ser decente se refería a los SMS enviados a Bárcenas: "Luis, sé fuerte". Otra perla del mismo autor: "Nadie podrá probar que Bárcenas y Galeote no son inocentes". Bárcenas fue el tesorero que llevaba la caja B que financió al PP durante 18 años. Hay otros hechos gravísimos que hacen dudar de Rajoy. Cinco de los seis tesoreros que ha tenido el PP han sido imputados por corrupción. La última, Carmen Navarro, imputada por ordenar el protocolo de "borrado seguro", formateando 35 veces los discos duros de Bárcenas, rayarlos y luego tirarlos, evitando así que la Audiencia Nacional pudiese leerlos.

Lo importante cara al 26-J es quién ha de resolver los graves problemas de España, el paro y la deuda creciente. Si los resultados del 20-D dieron al PP una mayoría de 28,7% a pesar de la corrupción, hay un factor que sostiene el voto hacia el PP: es el partido que defiende la necesidad de mantener el crecimiento del PIB. Me imagino que de no haber existido esos escándalos, habría repetido la mayoría absoluta. Esto lleva a inferir que el responsable último de velar por la rectitud y honestidad de las acciones del partido, al no conseguirlo, debe retirarse y poner un sustituto libre de sospechas. Esto podría aumentar los votos al PP y aseguraría el apoyo de C's que es lo que venía reclamando.

En una reciente entrevista de Financial Times, Rajoy aclara: "No tengo un sucesor natural". Evidentemente es una respuesta a la pregunta que todos nos hacemos, incluso en su propio partido: ¿por qué no se va? Como en el PSOE se oye la misma pregunta respecto a Sánchez, una sustitución de ambos candidatos que han sido el obstáculo para un consenso facilitaría el nombramiento de un presidente por acuerdo entre los dos mayores partidos. De ser así puedo prometer y prometo que el 26-J votaré al PP con la precaución de taparme las narices.

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