AYER, el joven espía ruso, Antoni Putin apareció por Sevilla después de casi tres meses sin apenas dar señales de vida. Vino a ver a Toña, su madre, empleada de hogar de mi casa, y de camino nos contó sus peripecias veraniegas. Resulta que cuando a principios de julio se fue a Ibiza a descansar, descubrió que allí se estaba celebrando el Congreso Federal de los Espías Rusos, o Ruspies FeD'16. Le molestó no estar invitado pero le explicaron que solo podían asistir los mandos superiores a cabo.

El Congreso era monográfico sobre España con dos sorprendentes ponencias: una, se titulaba Spain is diferent y la otra, Sánchez, the saviour (el salvador).Y las exponían Pedro Sánchez y su esposa Begoña, respectivamente. En la primera, el líder del PSOE explicó que la única diferencia de España respecto al resto de las democracias es Rajoy. Solo acudieron 3 despistados que fueron abandonando la sala y, claro, no hubo ni coloquio. A la segunda ponencia asistieron 9 rusos y se quedaron atónitos cuando Begoña aseguró que su amado esposo era la única persona que podría salvar a España de Rajoy. Repasó la trayectoria política de "el salvador" y, como orgullosa vidente, terminó proclamándolo como el próximo Presidente del Gobierno. Algunos espías comentaron que no comprendían cómo el PSOE podía presentar a un candidato tan inútil (y fracasado). Begoña, molesta, recordó el caso de ZP, y afirmó que su marido ganará la guerra interna del partido y luego pactará con Podemos y hasta con los independentistas.

En la cena de clausura, a la que también se coló Putin, los agentes secretos coincidían en que Sánchez es un grandísimo problema para España. Uno, incluso le pidió que dimitiera, y que entonces lo recomendaría para cubrir un puesto en la ONU tan ocioso como el que ocupa Bibiana Aído. Pedro, terco, contestó que, aunque sacara unos malos resultados en las elecciones gallegas y vascas de septiembre, no dimitiría bajo ningún concepto.

Después del Congreso Federal ibicenco, Putin se fue a Moscú e hizo el curso de sargento en dos meses largos. En el futuro no quiere perderse ningún Ruspies Fed: son divertidos, gratis (lo paga la mafia rusa) y se aprende mucho; comprobó que Pedro Sánchez es un inepto absoluto. Por último, destacó que, con sus nuevos galones, ganará 10 rublos más al mes.

Toña, henchida de orgullo me miró y dijo:

- ¡Lo que vale mi Antoni!