PODRÍAMOS sacar un libro de anécdotas como conductores o peatones, pero las vivencias del ciclista en esta ciudad son, de alguna forma, actualidad. No soy un usuario habitualísimo del 'flamante' carril bici, pero ya he tenido la oportunidad de conocer que muchos jerezanos siguen sin acostumbrarse a la vía tras muchos meses de experiencia. Me han enseñado el dedo corazón en un paso de carril bici donde yo tenía prioridad ante los coches y tras pararme -nada de echarme encima, por la cuenta que me trae-. Me han gritado en un paso de peatones cuando ya me había bajado de la bicicleta y la llevaba empujando, como marca el código de circulación. Me han insultado por alertar sin insistencia a dos chicas que iban alegremente caminando por el carril bici y que estaban de espaldas a mí. Me han llamado irrespetuoso por ir empujando mi bici -no montado en ella- porque ocupaba "mucha calle". Supongo que aquella señora se enfadará también con los carros de bebé. Pero, paciencia, si en Sevilla se acostumbraron, aquí no seremos menos.