A menudo me viene a la mente una película titulada 'In time', dirigida por Andrew Niccol y protagonizada por Justin Timberlake en 2011. Aunque este largometraje resultó ser una versión futurista de Robin Hood, su argumento planteaba una cuestión muy interesante que invita a la reflexión. Resulta que en el año 2161 el dinero ya no sirve para nada, todo se paga en 'tiempo'. Pero esta situación trae consigo un sinfín de problemas, pues los humanos de por aquel entonces desactivaron el gen del envejecimiento y, aunque pueden vivir pareciendo eternamente jóvenes, a partir de los 25 años tiene un alto coste de 'tiempo' que muy pocos pueden permitirse. Este guión, aún siendo de ciencia ficción, alberga similitudes con nuestra realidad presente. Cada vez se establece más la idea de que la única manera de ganar tiempo es gastando dinero para que otros hagan aquello que nos lo quita. Sin embargo, el tiempo 'no vale oro', el tiempo vale tiempo, como se plantea en la película. El dinero nos permite vivir de un modo u otro, pero al final lo que importa es el tiempo que nos queda por vivir.