Pasarela

El humor inglés se coló en España a través del Támesis

  • La serie que dio a conocer a los Roper se estrenó en TVE en 1977, recién espabilada la democracia, como relleno al primer programa de Mercedes Milá

En Gibraltar había una verja que por entonces nadie pensaba tocar y todo lo británico sonaba medio subversivo, antipático, lejano. En fin, demasiado moderno. En 1977 las primeras elecciones de partidos estaban al caer y en TVE crearon un magacín agresivo, dirigido por Fernando G. Tola, y con dos presentadoras: la linda y amable Isabel Tenaille, el rostro de moda; y la hosca redactora deportiva Mercedes Milá. Aquello se llamaba Dos por dos, pasó de largo y está en la pequeña historia de la tele por el debut de Milá en prime time y por ser uno de los primeros programas en los que los invitados decían de verdad lo que pensaban.

Y después, antes de mandar a la cama, a las once de la noche (a esa hora en estos tiempos Pablo Motos casi ni se ha marchado), aterrizaba una serie de relleno llamada Un hombre en casa. En el verano del 77 esas fueron las historias televisivas más celebradas. Las de Robin y sus amigas, con los caseros, el matrimonio Roper, metiendo las narices en aquel apartamento que olía tan británicamente mal a través del cristal.

Los ingleses empezaron a caernos mejor pese a la cutrez encantadora del señor Roper. La verja gibraltareña empezaba a entreabrirse desde el Támesis. Un hombre en casa, de la ITV, llegó de rondón y fue la serie de éxito de los primeros meses parlamentarios. Esta abuela de Big Bang y Sheldon tenía como eje el salón de un apartamento en el que convivían dos chicas con un chico apalancado para ayudar a pagar las mensualidades. Robin intentaba ligarse a Chrissy (Paula Wilcox, profeta de la 'cobra', llegó a ser venerada por la audiencia española) y a la pazguata de Jo (Sally Thomsett). Richard O'Sullivan doblado por la voz tan comediante de Luis Varela (redescubierto hace unos años por Camera café) tuvo su momento de gloria en esta sitcom estrenada en el Reino Unido en 1973. La producía Thames, aquella de los monumentos londienses duplicados en el río, y en verdad sus diálogos algo picarones no la hacían recomendables a los ojos hispanos hasta que Franco no tuviera los suyos cerrados.

Un hombre en casa era cosa de tres, pero terminó siendo de dos. Al trío de jóvenes enrollados les superó el matrimonio pestiño de la sufrida señora Roper (Yootha Joyce, que murió en 1980) y del cateto del señor Roper (Brian Murphy, doblado por otra gran voz, la de Rafael de Penagos). La secuela de Los Roper (George &Mildred) continuó en TVE en 1978 y el dúo llegó a protagonizar anuncios aquí. En la ficción mejoraban de residencia y se iban a una urbanización pija, mientras Richard O'Sullivan encabezaba otro spin off, El nido de Robin, que pasó de largo. El actor de Un hombre en casa ha vivido muchos años alejado del medio en el que vivió unos gloriosos años de focos y portadas. Fue uno de los primeros ingleses que empezó a caer bien cuando todos ellos caían más bien mal.

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