-Hace unas semanas publicaba su nuevo proyecto discográfico, 4.0, en el que versiona con un nuevo sonido los temas más emblemáticos de su carrera. ¿Por qué ha decidido publicar ahora este CD?

-Hombre, yo creo que tocaba. Era un tema pendiente. Porque claro, conformarse con lo que has hecho hace 22 años... Canciones que han sido un éxito arrollador, poder rescatarlas y decir: "Bueno, ¿cómo las haría hoy?". Con la madurez laboral que tengo, ha sido más bien por eso. Además llevábamos cinco años y pico trabajando en Lubna, en la ópera-rock, y un parón de este tipo venía bien, porque 40 años no se cumplen todos los días.

-Canciones como Entender el amor, Desátame, o Sobreviviré, las adapta ahora con un sonido más oscuro, donde las guitarras eléctricas toman el testigo. ¿A qué se debe este cambio a una atmósfera más gótica en su música?

-En el fondo es que siempre he tenido un alma metalera. El rock es algo que a mí siempre me ha dado la vida. He sido siempre una persona muy ecléctica. Me gustan los polos opuestos. Desde hacer clásicos, que era mi formación, hasta hacer rock, que es lo mejor del mundo, lo que nos mantiene jóvenes. El elixir de la juventud. A mí me ha gustado siempre mucho, lo que pasa es que claro, una tiene que adecuarse a los tiempos y a cómo una se encuentra.

-Ha decidido comenzar a promocionar 4.0 con el tema Sólo se vive una vez, una canción del año 1994 y que pertenece a su primer disco homónimo. ¿Qué recuerdos le trae el interpretar 20 años después esta canción?

-He cogido el repertorio que una artista llega a almacenar al cabo de los años, he cogido lo más significativo para mí, tanto para lo bueno como para lo malo. No olvidarme de ciertas cosas que me han hecho crecer como mujer, como ser humano. Sólo se vive una vez había que recuperarla. Era una canción demasiado buena para dejarla en el olvido. De ese álbum debut era mi preferida. Y había que rescatarla, porque los momentazos que yo he vivido con esa canción cuando tenía 18 años... Puedo decir lo mismo con 40.

-Para el videoclip del tema lanzó a través de su perfil oficial de Facebook un concurso para elegir a varios seguidores que han compartido plano con usted. Ha sido todo un regalazo...

-Pero es que ha sido un regalazo en el momento en que decimos hacer un videoclip, pero como protagonistas los fans, después de tantos años. Y empezamos a recibir vídeos y vídeos y vídeos, dije: "Madre mía, cuánto cariño, cuánta generosidad, qué bonito". Yo siempre he dicho que soy muy afortunada, porque a mí mi público me quiere mucho y me respeta, son muy generosos conmigo. Tanta fidelidad, tanto amor incondicional, es muy grande.

-Parece ser que este nuevo proyecto ha dividido a sus seguidores, mientras que para algunos es su mejor álbum, otros consideran que no debería de haberlo lanzado. ¿Cómo encaja este tipo de críticas?

-No podemos vivir así, es que es enfermizo. Soy una artista que no leo una crítica mía, ni buena ni mala. Las buenas porque los artistas tenemos mucho ego y eso es peligrosísimo para nosotros, el recibir solamente elogios. Y las malas porque... ¿Para qué contaminarme? Está claro que nosotros, los artistas, no podemos gustarle a todo el mundo. Todo lo que hacemos tampoco puede ser a gusto de todos. Habrá personas a las que este disco les haya fascinado y otras que hayan dicho: "Pues no, yo prefiero el sonido más disco, más comercial". Es que no se pueden hacer cosas y se pueden hacer discos para todos los gustos, ojalá existiera la receta mágica de que todo lo que hiciéramos gustara a todo el mundo. Pero eso es imposible, es algo poco factible.

-El sábado estrenó en Roquetas de Mar su nuevo tour. ¿Qué ha preparado para esta tanda de conciertos?

-Se podrán ver muchas cosas, pero sentir muchas más. Es un espectáculo ferozmente salvaje. Está lleno de energía de la buena, de la que no deja indiferente. Estos días, que hemos estado con los ensayos, terminábamos y daba la sensación de que nos tenían que enjaular, porque teníamos tanta energía, la música nos transmitía tantas cosas... Que no podíamos parar. La verdad es que de todos los espectáculos que he hecho en mi vida, que ya van unos cuantos, éste, sin lugar a dudas, es el que más disfruto como animal escénico. Es el más salvaje de todos. Y cuento con Pepe Herrero, que es tanto mi mano derecha como mi mano izquierda encima del escenario.

-El pasado 14 de marzo cumplía 20 años su primer CD, Mónica Naranjo. ¿Qué es lo que queda de esa niña normal con una edad especial y fantasía en el pelo?

-Me encantaría decir que un poquito de esa inocencia conservo, pero va a ser que no. Lo que sí he obtenido es mucha experiencia, y a ser dueña y responsable de mi camino y de mis decisiones. Y eso es lo más importante.

-Hace poco presentaba su primer programa en televisión, ¡A bailar!, ¿qué tal la experiencia?

-La experiencia fue preciosa, maravillosa. Pienso volver a repetirlo, por supuesto, porque para mí ha sido un máster. Al final la pena es que la guerra entre los canales es una cosa que se nos escapa.