Pasarela

El cumpleaños más amargo de Eugenia

  • La benjamina de los Alba cumple hoy 46 años, una jornada triste tras la reciente pérdida de su madre.

Han pasado seis días desde la muerte de la duquesa de Alba y su familia aún sigue consternada. Su hija, Eugenia Martínez de Irujo, se ha refugiado en sus hermanos, sus amigos y, sobre todo, en su hija Tana para superar este duro trance. Precisamente, serán ellos los que intentarán hacer la jornada de hoy -la del 46 cumpleaños de la benjamina de la Casa de Alba- algo más llevadera, a pesar de las circunstancias, nada fáciles.

Visiblemente afectada tras el fallecimiento de su madre, la duquesa de Montoro ha sacado fuerzas para dar las gracias ante las cámaras. "Sólo quiero, desde lo más profundo de mi corazón, en este momento tan doloroso para mí y para todos mis hermanos, agradecer a todas esas personas que han venido a despedirse de mi  madre, eso no se me va a olvidar nunca", ha dicho. Pero poco más. Tras todo lo vivido, ha optado por regresar a Madrid junto a su hija y refugiarse en el calor de su hogar para superar poco a poco la desaparición de su progenitora, a la que estaba muy unida.

Rota de dolor, Eugenia pasará el día de su aniversario de la forma más sencilla posible, sin grandes festejos como es de esperar. Por ello, ha preferido no celebrar la cena que tradicionalmente organiza cada año. Sin pareja sentimental, la diseñadora de joyas pasará la jornada junto a su hija, el pilar fundamental de su vida.

El año 2014 será para Eugenia Martínez de Irujo uno de los más tristes de su vida. Comenzó ganándole la batalla a su ex marido, Fran Rivera, en su lucha judicial por la custodia de la única hija de ambos, de 15 años, un capítulo con final feliz pero al mismo tiempo muy amargo por la tormenta mediática que supuso para ella y toda su familia. La  vorágine no se calmó al conocerse su nulidad matrimonial con el ex torero, con el que hasta el momento de su lucha en los tribunales llevaba una cordial relación de padres divorciados. La muerte de su madre, la peor noticia de todas sin ninguna duda, ha terminado de entristecer a Eugenia.

A pesar de que doña Cayetana era una mujer mayor y que tras ser ingresada su familia era consciente de  su delicado estado de salud, sus hijos y especialmente la pequeña de todos ellos estaban esperanzados en que éste sería un bache más del que la Duquesa saldría airosa. Su pérdida será difícil de superar por todos.

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