Julio Ariza Irigoyen. Presidente del Grupo Intereconomía

"Si un medio no sirve para controlar a los que mandan, no sirve para nada"

  • El empresario achaca a la "sencillez y autenticidad" la creciente influencia del grupo de comunicación que preside, que cuenta con más de 800 trabajadores y ha logrado incluso el apoyo económico de sus seguidores

El presidente del grupo Intereconomía ofrecía anoche en el hotel HACE Puerto Sherry una conferencia que despertó el interés de los numerosos asistentes allí congregados. Gratamente impresionado por la luminosidad de la costa portuense, poco antes de la charla el empresario de origen navarro (Carcastillo, 1957) hacía una excepción -se prodiga poco en los medios- y concedía una entrevista a Diario de Cádiz.

-El grupo de empresas que usted preside ha ido creciendo en relevancia pública, sobre todo a través de la televisión. ¿A qué achaca el éxito de audiencia de varios de los programas de Intereconomía?

-A la sencillez y a la autenticidad. No tiene más misterio. No hemos tenido más medios que los demás, sino menos, y sí hemos tenido una idea muy clara de hacer periodismo, lo que Kapuscinski llamaba el periodismo intencional, que consiste en tratar de conservar al máximo la objetividad y al mismo tiempo contribuir a un cambio social y antropológico.

-Las críticas por parte de un sector de los medios de comunicación cercanos al PSOE le han supuesto a su grupo algún que otro disgusto. Esta guerra con cadenas como La Sexta, ¿les perjudica o les beneficia?

-Nosotros no hemos buscado esas guerras. Esos ataques se han producido precisamente porque el grado de influencia social y notoriedad que ha adquirido el grupo ha sido muy importante y se ha convertido en uno de los pocos medios que ha ejercido el control del poder. Yo no concibo un medio de comunicación que no esté al servicio del control del poder. Si un medio de comunicación no sirve para controlar a los que mandan, no sirve para nada.

-¿Se sienten perseguidos por el Gobierno?

-Para mí es algo anecdótico. Lo que importa es que hay millones de personas en España que han conectado con nosotros, que nos han permitido incluso en los momentos más difíciles, con todos los grupos competidores haciendo ERE's, consolidar un grupo con más de 800 personas trabajando y sacar adelante un diario nacional que se ha convertido en una referencia política y social, como es La Gaceta. Lo demás me parecen anécdotas.

-La audiencia de programas como 'El gato el agua' subió como la espuma con intervenciones polémicas como la protagonizada por Eduardo García Serrano. Está claro que los conflictos son una mina de oro para ganar espectadores.

-Sí, probablemente esas cosas suben la audiencia. El esperpento y a veces el insulto constituyen un caldo de cultivo para que haya un cierto morbo. El episodio de Eduardo García Serrano es humanamente comprensible, sobre todo si uno ve las imágenes de lo que en ese momento la consejera de Sanidad de la Generalitat de Cataluña estaba tolerando, patrocinando y pagando con el dinero de todos, que era un llamamiento a la práctica homosexual entre una persona mayor y un niño. Era una apología de la pederastia y de la corrupción de menores, que se ponía a disposición de niños de 12 años en una web pagada con dinero público. Ante un hecho de semejante gravedad, lo que queda en el subconsciente de la gente y en el anecdotario es que un contertulio se irrita e insulta a una persona. El insulto no estuvo bien, lo que toleró y permitió la consejera de Sanidad era un crimen.

-El seguimiento que hicieron ustedes a los episodios del movimiento 15-M también levantó ampollas.

-Fuimos el único medio de comunicación que constituyó un set fijo en la Puerta del Sol y dio voz sistemática y constantemente a todos aquellos que formaban parte de ese movimiento en sus primeras semanas. Nada podrán decir aquellos que formaron parte del movimiento respecto al comportamiento de Intereconomía, nuestros micrófonos y nuestras cámaras estuvieron a su disposición. Pero también desde el primer momento nosotros denunciamos que se trataba de un movimiento articulado y manipulado casi desde el primer minuto por grupos con intereses diferentes a los que predicaban tener, y eso les molestó. Al final, esos grupos no han respetado ni tolerado la libertad de los demás.

-Ahora que el Papa Benedicto XVI está en España se está recrudeciendo la polémica entre quienes están a favor de la visita y quienes la critican. ¿Qué opina de las quejas de un sector de la población?

-Me parece que comparar las quejas de un sector de la población con el recibimiento que hace pocos minutos le ha dado la ciudad de Madrid y el pueblo español a Benedicto XVI es una comparación absolutamente irrelevante. La mayor parte de la población sabe que la visita del Papa es una bendición para España, una oportunidad para muchas personas de encontrarse con su espiritualidad y un escaparate para toda España hacia el resto del mundo. Lo demás es una anécdota.

-El grupo Intereconomía ha protagonizado una curiosa iniciativa para solicitar donativos a los espectadores. ¿Qué apoyos están recibiendo?

-En 20 días más de 15.000 personas fueron a una sucursal bancaria a hacer un donativo al grupo Intereconomía. Entendieron, como ocurre en Estados Unidos, que un medio de comunicación que pretenda unos mínimos grados de libertad y autonomía debe estar respaldado por sus lectores, oyentes y espectadores. Esa primera iniciativa se ha convertido ahora en la ejecución de un club de amigos de Intereconomía, que en su primera semana logró 5.000 socios y que espera llegar a las 50.000 personas a fin de año.

-Usted fue diputado del PP en el Parlamento de Cataluña durante siete años. ¿Qué aprendió de su paso por la política?

-A encajar los golpes con una sonrisa.

-¿Qué cree que pasará en España después del 20-N?

-No soy profeta, pero creo que hay una corriente de fondo en la sociedad española que está pidiendo a gritos que ocupen posiciones de gobierno personas capacitadas, responsables y eficientes que lideren un cambio social y una reactivación de la actividad económica. Creo que ese cambio se va a producir y la acción de los medios de Intereconomía no es ajena a la movilización social que se ha producido alrededor de este cambio. Creo que nuestro 'Orgullosos de ser de derechas' ha sido probablemente unos de los slogans más movilizadores de la percepción política de los últimos 20 años en España.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios