Provincia

Cae una red que asaltaba fincas para robar carruajes y monturas de caballos

  • Detenidas diez personas vinculadas a esta banda, que tenía su base en Alcalá de Guadaíra.

La Guardia Civil de Sevilla ha desmantelado una red especializada en el robo de objetos relacionados con el mundo del caballo que operaba en varias provincias españolas y tenía su base en una finca de Alcalá de Guadaíra. En total han sido detenidas diez personas, cinco de ellas vecinas de Sevilla, cuatro de Cáceres y una de San Fernando. Entre los arrestados figuran el cabecilla de la organización, los autores de los robos, varios intermediarios y receptadores de los objetos robados. La operación, denominada Cajilón, sigue abierta y posiblemente crezca el número de detenidos en los próximos días.

La investigación arrancó a principios del año 2012, después de que se detectara un incremento de robos en casas de campo y almacenes relacionados con el sector del caballo. En un corto periodo de tiempo se sucedieron varios asaltos a fincas en las que desaparecían carruajes, remolques, monturas y guarniciones. Los ladrones aprovechaban también para llevarse maquinaria agrícola y otros objetos de valor, como televisores de plasma y ordenadores.

Los delincuentes robaron casas en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha y almacenaban los objetos en la finca de Alcalá, cuyo propietario era el cabecilla de la red. Los ladrones inutilizaban los sistemas de seguridad y alarmas antes de entrar en las casas, a las que accedían destrozando las puertas y cuando estaban deshabitadas.

La Guardia Civil ha recuperado seis coches de caballos tipo Marathon, 2 furgonetas de transportes de equinos, un remolque para perros, 30 monturas vaqueras, 5 monturas inglesas, multitud de cabezales de montar a caballo, riendas, estribos, espuelas, esquilas y bocados, así como numerosas herramientas tipo mulas mecánicas, generadores, bombas de agua, motosierras y otras máquinas industriales. Los delincuentes llegaron a robar incluso productos cosméticos de los cuartos de baño de sus víctimas y también armas de fuego como escopetas de caza y puñales antiguos. Una daga inca tenía incluso el estuche con el precio puesto para la reventa, que era de 30 euros.

La organización contaba con una extensa red de intermediarios para vender luego los objetos sustraídos. El valor de todo lo robado es aproximadamente de 150.000 euros.

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