La provincia se adentró en el oscuro túnel de la crisis con espeluznantes niveles de abandono escolar, es decir, alumnos que dejaban las aulas sin haber titulado en la enseñanza obligatoria. Sólo por detrás de Baleares, en la provincia el porcentaje superaba por décimas el 40%. Seis años después ese porcentaje se ha reducido en casi diez puntos. El motivo no está en que los alumnos de ahora sean mejores que los de antes, sino en que fuera de las aulas no hay trabajo.

Esta situación ha tenido una consecuencia paralela, que es el incremento de la cifra de alumnos matriculados en los distintos recursos educativos para adultos, buena parte pertenecen a ese 41% que abandonó las aulas en los años de bonanza y otra parte de personas expulsadas del mundo laboral por la crisis. Un perfil muy vasto, que abarca a alumnos de todas las edades, de los 18 a los más de 60. "La oferta educativa para personas adultas de la Consejería está adaptada a todos los perfiles y situaciones, de tal forma que permite a cualquier persona mayor de 18 años reincorporarse al sistema educativo o acceder por primera vez, en la modalidad que mejor se adapte a su perfil, necesidades y situación, incluso si están internas con medidas privativas de libertad", afirma Cristina Saucedo, delegada de Educación. Y todos ellos buscan una segunda oportunidad.

En concreto, en el último curso se recibieron 4.253 solicitudes para presentarse a las pruebas que dan acceso a un título. No es el número más alto. El gran pico se alcanzó en 2012, cuando se presentaron 5.400 alumnos, por lo que hubo que designar 28 tribunales, lo nunca visto dentro del importante segmento de educación de adultos, que en la provincia da cobertura a las demandas de más de 30.000 personas, que, principalmente, a través de los 26 centros de educación permanente existentes en la provincia y los 25 institutos que acogen esta modalidad, están matriculadas en diferentes fases y ciclos.

Para los responsables en la delegación de Educación de la docencia para adultos, la relación de estas cifras con la crisis es evidente. Basta un dato: en 2002, sólo hubo veinte solicitudes para acceder al título en la educación de adultos. Desde la Consejería se trabaja en ofrecer contenidos dirigidos a las necesidades del mercado laboral organizados en cuatro ámbitos y subrayando algunos aspectos en los que antes había carencias como es el caso de los idiomas. "No es conseguir una titulación por conseguirla, que siempre es útil, sino lograr que esa titulación haga a los alumnos más competitivos en el mercado laboral", apuntan los técnicos.

Pero se añade que también se ha avanzado en facilitar el acceso a estas pruebas y a las materias que se imparten con instrumentos que hacen posible el seguimiento de los cursos de manera semipresencial, donde está siendo pionera la provincia. "El centro no es el espacio físico y aislado. El centro es la Red", aseguran. Para ello se ha trabajado en la colaboración entre centros con el trabajo conjunto de docentes de instituto con los de los centros de educación permanentes, que se coordinan en las estrategias. Las nuevas tecnologías han permitido una comunicación permanente entre los profesores y alumnos a través de tutorías on line.

Las aulas virtuales a las que pueden acceder los alumnos matriculados suponen un portal de educación permanente en el que se encuentran todos los contenidos necesarios a los que se accede gratuitamente con la posibilidad de ser descargados. Estos contenidos se van actualizando constantemente. Ya no se trabaja sobre la rigidez de los libros de texto.

Con ello se espera que mejoren los porcentajes de aprobados en las pruebas de titulación, que siguen siendo muy bajas, aunque han mejorado notablemente en los últimos años. En el anterior curso obtuvieron el título un total de 1.286 alumnos, lo que supone moverse en torno al 25% de los que se presentaron.

A los técnicos de la delegación provincial de Educación que trabajan en la transformación de la enseñanza para adultos con el fin de modernizar la oferta se les nota el entusiasmo cuando hablan de los progresos que se han conseguido desde 2007, cuando se puso en marcha el Plan de Educación Permanente. "Los alumnos que vienen del fracaso escolar suelen tener una autoestima baja y temen un segundo fracaso, pero ahora encuentran que existe una plataforma que marca un itinerario y ofrece unas posibilidades que intentan amoldarse a sus capacidades".