Manuel Ramos. Propietario del Adriano III

"Moresco, aparte de mucho bla bla bla, es culpable de este retraso"

  • El empresario está convencido de que el Vapor se acabará restaurando, volverá a navegar por la Bahía y será buen negocio

-¿Cuál es el plan de acción a corto plazo?

-En cuanto me den la cesión de ocupación de dominio público, empezamos enseguida y se reanudarán los trabajos. Somos los primeros interesados en acabar cuanto antes.

-¿Cuál será la empresa que acometa los trabajos?

-Su nombre no lo puedo decir porque así está pactado, pero sí puedo confirmar que ya está contratada.

-¿Cuándo se empezará a trabajar?

- Por mi parte, cuanto antes, en septiembre a ser posible, pero, como ya he dicho, todo depende de la licencia de ocupación de un dominio público.

-¿A cuánto asciende el presupuesto total?

-A unos 400.000 euros, de los cuales llevamos gastados ya más de 156.000.

-Pero también pudo contar con las ayudas de las subvenciones europeas. Hubo una empresa de Chipiona interesada en el asunto y que tenía ese respaldo europeo.

-Era el Grupo de Desarrollo Pesquero de la Costa Noroeste de Chipiona. Este grupo estaba presidido por el alcalde de Chipiona, que nos trasladaba la oferta, ya que contaba con una subvención de la Comunidad Europea de 400.000 euros. El objetivo de esta empresa era reciclar el sobrante del mundo de la pesca profesional y derivarlo hacia otras actividades entre las que se encontraba esta del turismo náutico, cada dia mas boyante en otras latitudes y por desgracia casi desconocida en la zona.

-Por qué ese interés de Chipiona?

-En 1927, el Adriano I cubría de manera regular la línea marítima de Sevilla a Sanlúcar de Barrameda. En 1929, por decisión de Alfonso XIII, se ordena el traslado del barco a la Bahía gaditana por la explosión y posterior hundimiento del vapor Cadiz, único que prestaba el servicio en la Bahía.

-Bueno, ¿y qué pasó con ese dinero europeo?

-El proyecto aprobado por la Comunidad Europea ascendía a 535.000 euros, que se quedaron, como he dicho, en los 400.000 euros inicialmente prometidos. Finalmente, se quedaron tan solo en 109.000 euros. No merecía la pena.

-¿No merecía la pena? ¿Por qué se canceló esa opción?

-La subvención tan pequeña, los retrasos en las tramitaciones y los continuos enfrentamientos entre los alcaldes de El Puerto y Chipiona me hicieron que renunciara a la opción Chipiona. Hubo intentos torticeros de algunos, aunque no quiero dar nombres por no tenerlos lo suficientemente contrastados, que hicieron circular unos rumores acerca de los motivos del traslado a Chipiona de la motonave una vez reparada. Hablaban que de esta forma quería hacerme con el filón que representaban los paseos turísticos por el Guadalquivir y los derechos de atraque en los muelles en Bajo de Guía y el Coto de Doñana que prestaba la embarcación Real Fernando y cuya concesión estaba a punto de finalizar. Nada de eso era verdad, pero la gente lo creyó. Todos estos problemas, créame, no me desaniman. Todo lo contrario: me motivan más y más.

-¿Entonces, tiene o no tieneasegurada la financiación?

-Completamente, desde ahora y hasta el final. Contamos con suficientes recursos propios y, además, con patrocinadores.

-¿Qué patrocinadores?

-Son algunas empresas que se han puesto en contacto conmigo para invertir en especie a cambio de publicidad, ya que la notoriedad que para ellos le significa invertir en la restauración del mítico Adriano III le es muy importante y seguro que muy rentable.

-¿Puede citar alguna de estas empresas?

- Por ejemplo, Volvo nos cede el motor y toda la transmisión. Son ayudas de este tipo que nos van a venir muy bien.

-Por cierto, ¿qué tal va el diálogo con el nuevo alcalde, Alfonso Candón?

-Muy bien, muy bien. No tiene absolutamente nada que ver con el otro. Es dialogante, aunque no tiene dinero. Pero ojo que yo tampoco se lo he pedido. Lo que él me ha confirmado es su predisposición a ayudar en todo lo que pueda. Nos ha dado ya el permiso temporal de ocupación y nos ha prometido un atraque en la nueva ubicación del muelle del vapor en la remodelación futura de todo el paseo del río.

-Por lo que dice, sus relaciones con el anterior alcalde, Enrique Moresco, no fueron tan fluidas.

-Aparte de bla, bla, bla y más bla, bla, bla, tanto Moresco como la concejal Patricia Ybarra fueron muy culpables, directamente responsables, de que todo este proceso se haya alargado en el tiempo. Nunca quisieron que el Vapor se restaurase y pusieron todo su empeño para conseguirlo. Afortunadamente, el Vapor se restaurará y navegará.

-¿Le merece la pena todo este esfuerzo y luchar contra tantas complicaciones burocráticas?

-Me metí en este proyecto porque me sentía muy vinculado a la leyenda del Vaporcito. Tiene, por tanto, una parte sentimental, pero si estoy haciendo todo esto también es porque el Vapor, una vez restaurado, tiene que navegar y hacer negocio. Eso lo tengo muy claro.

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