Provincia de Cádiz

Rota yes we can

  • Propietarios y perros disfrutan como niños en Punta Candor de la primera playa de la provincia reservada para estos animales Los vecinos de la zona enarbolan la oposición a una iniciativa municipal que tiene visos de continuidad

"Él está como loco pero creo que yo me lo estoy pasando mejor que él". No sé si Laura es ya treinteañera pero está disfrutando como una niña de siete años. Al mismo tiempo que habla, esta roteña con residencia en Costa Ballena se agacha para recoger de la arena una pelota de tenis con cada vez menos pelos y menos color. La agita, la mueve hacía aquí y hacia allí y la lanza por enésima vez al cielo de Rota. Y veloz como un rayo Iago, un fantasma gris de silueta imponente, vuelve a hacerse con ella antes de que caiga. Y la muerde orgulloso mientras muestra al mundo su mirada penetrante.

A sus 18 meses de vida, este Braco de Weimar, una raza canina ideal para la caza en espacios pantanosos, ha descubierto al fin lo que es el Atlántico en un día de verano y a una hora nada intempestiva. Y lo ha hecho, nunca mejor dicho, con todas las de la ley en una franja de la playa de Punta Candor que el Ayuntamiento de Rota ha reservado para ellos, los perros, desde hace apenas dos semanas.

Es jueves 11 de septiembre. Un día antes ha empezado el curso escolar y ya no hay niños en la playa. Y uno accede por la segunda bajada de Punta Candor con la duda de si a esa hora, pasadas las 12:30, habrá o no perros en su playa. Pero sí, vaya si los hay. Más de una docena de canes disfrutan en ese momento a sus anchas de una franja de 700 metros en este espacio natural. Y cada uno lo hace como es. Porque los hay atrevidos, como Tote, un cachorro de labrador que se acerca a cualquiera para saludarle, o los hay como Keka, asustadiza ella que no se aleja ni un momento de sus dueños, una pareja de Tomares. Y están también Pelusa, y Copito, y Maggie, y Nico, y Greta que se van, sí, que se olisquean entre ellos, también, que corren juntos, mucho, pero que nunca pierden de vista a sus amos y regresan a menudo a sus toallas y sus sombrillas para comprobar que todo va bien, que esta experiencia novedosa para ellos forma parte de la normalidad.

La satisfacción es generalizada entre los dueños de estos animales. Todos aplauden al unísono la iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de Rota, que ha habilitado la primera playa para perros que existe en la provincia de Cádiz. Es más, los hay quienes no se conforman, como los propietarios de Copito, una familia de Mérida que disfruta estos días de septiembre de sus vacaciones en Costa Ballena. El padre apuesta incluso por ampliar en Rota las zonas y los horarios en los que poder disfrutar de su mascota "aunque tengan que ir atados". Y es que todos coinciden en que tener que desprenderse de sus animales en las horas en que la familia disfruta de la playa no es nada gratificante.

Pero ¿que hacían con sus perros antes de que se inaugurara esta playa-can? Ángel, Juan y Mari Carmen, vecinos de la localidad sevillana de San José de la Rinconada y con segunda residencia en Rota, reconocen que antes se iban a escondidas a alguna cala perdida de Conil en la que Pelusa, un perro de agua, pudiera chapotear sin molestar al resto de los bañistas. Otros optaban por no moverse de Rota pero se iban a otras playas aún más alejadas del casco urbano, por la zona de los Corrales, pero siempre con el temor a que pudiera caerles una multa. Y también hay quienes se limitaban a disfrutar de sus mascotas en la playa fuera de la temporada de baños o a primerísima o a ultimísima hora del día. Pero también hay quienes jamás en su vida habían disfrutado de una experiencia como la vivida este pasado jueves. Para ellos las normas están para ser cumplidas.

Es el caso de Joaquín, un bombero de Montequinto (Sevilla) que la tarde-noche del miércoles descubrió por internet la existencia de esta playa "y como hoy tenía el día libre, no me lo pensé, cogí a mi familia y tiramos para Rota". Y allí, en Punta Candor, Tote demuestra a Joaquín, chapuzón tras chapuzón, que no se ha equivocado y que, si quiere, pueden volver cuando quieran.

Esta playa-can, tal y como ha quedado bautizada en los carteles anunciadores colocados en los accesos, tiene de momento un carácter experimental. Funcionará este mes de septiembre y, si los resultados son positivos, se mantendrá incluso en la temporada de playas del año próximo. Es decir, que cualquier propietario de perro podrá acudir el próximo julio o el próximo agosto a esta franja de Punta Candor si el Ayuntamiento entiende que todo ha salido bien... aunque ello conlleve la pérdida de la bandera azul que ondea hoy en este bello rincón de la costa roteña y que el gobierno local tiene decidido ya no solicitar en 2015.

Este último argumento es uno a los que se aferran los vecinos de las viviendas cercanas, que se han convertido en los principales opositores a esta playa para perros. Los moradores de estas viviendas disfrutaban de Punta Candor durante todo el año. Ahora todo ha cambiado, según reconoce Miguel Vivero, el presidente de la asociación de vecinos y propietarios Almadraba. Estos vecinos, junto con los englobados en la asociación Mares, han iniciado este mes una recogida de firmas con la que intentarán cambiar la postura del Ayuntamiento. "¿Pero quién ha sido el lumbreras que ha decidido habilitar una zona para perros en una franja de 700 metros de una playa con una bandera azul? Es que no es de sentido común", reflexiona en voz alta Vivero.

Este hombre, curiosamente, es dueño de dos perros "pero, aunque me gustan los animales, entiendo que no pueden estar es un espacio que es para el disfrute de las personas y donde van muchos niños", se lamenta antes de sentenciar: "Nos pusieron una bajada preciosa por la que pueden acceder incluso los minusválidos, y dos surtidores de agua y muchas más cosas. Todo muy bonito, sí, pero ahora es todo para los animales. Y ahora somos nosotros, los vecinos, los que sentimos que el Ayuntamiento nos trata como a perros".

Y Miguel Vivero habla de los problemas de higiene que acarreará la presencia de perros, y critica la escasa presencia policial y duda de que esta playa-can atraiga a más turistas a Rota, que es uno de los argumentos esgrimidos por el gobierno local para impulsar una iniciativa que cuenta con el beneplácito de la protectora de animales 'Siempre Contigo', que está volcada en la iniciativa.

Así es la vida. Cualquier cosa que se haga en cualquier sitio siempre tendrá a sus pros y a sus contras. En esta zona de Punta Candor las discrepancias se centran en materias como la seguridad y la higiene. Porque los vecinos critican la escasa presencia policial y dicen que hay perros de más de 20 kilos que, vulnerando la estricta normativa impuesta, van a esta playa sin bozal. Y los propietarios de los canes niegan la mayor, aseguran que la presencia de agentes de la Policía Local es muy habitual y que no cesan de pedir la documentación de los canes.

Y después está todo lo relacionado con la higiene. Porque los perros orinan y defecan en la arena, sí, pero puede visualizarse cómo la gran mayoría de sus sus dueños acuden a la playa provistos de sus bolsas con la que recogen los excrementos y los depositan en los contenedores especiales ubicados en la zona. Y uno de ellos sentencia: "¿Usted cree que yo puedo pasear, tumbarme y bañarme en una playa rodeado de excrementos? Pues claro que no. Por eso, si algún dueño de perro no cumple con sus obligaciones, yo seré el primero en recriminárselo".

De momento, el gobierno municipal de Rota está encantado con la respuesta ciudadana a esta iniciativa pionera y hace caso omiso a las protestas vecinales. La alcaldesa, Eva Corrales (PP), elogia el civismo de los dueños de los perros, recuerda que la playa-can de Punta Candor supone apenas 700 metros de los más de 16 kilómetros de litoral que suma el municipio y anticipa que la idea inicial del Ayuntamiento es mantener esta iniciativa de cara al futuro.

Avanza la tarde y entre dos sillas de playa parece haber surgido la amistad entre Maggie, una Schnauzer enana blanca con residencia en Cáceres, y Greta, una bulldog francés que pasa el resto del año en Sevilla. Se olisquean y hasta parece que se dicen algo al oído. Quién sabe. Como esto es Rota y aquí hasta los perros chapurrean el inglés, quizás Maggie y Greta se están diciendo eso tan manido del yes we can. Porque sí, porque los canes ya sí pueden disfrutar de un baño en el Atlántico en pleno verano. Y es en Punta Candor, en Rota. Casi nada.

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