Un representante de la corporación de Prácticos del puerto de la Bahía de Cádiz se encuentra desde ayer en Rotterdam. Hasta allí ha viajado de la mano del capitan de dique de la factoría de reparaciones de Navantia, en Cádiz. Los dos, Antonio Sánchez Romero, por parte de los prácticos, e Ignacio Rodríguez, en nombre de Navantia han querido ser testigos de las labores que requiere la entrada en dique de un buque tan gigantesco como el Allure of the Seas.

Este buque de la Royal Caribbean tiene programada su entrada en el astillero gaditano para su puesta a punto en mayo del año que viene. Sus características, ni más ni menos que 362 metros de eslora y 47 de manga, lo convierten en uno de los cruceros más grandes del mundo, junto con su hermano Oasis of the Seas, que tan sólo le gana en unos centímetros. Esos 47 se convierten incluso en 60,5 metros en ciertos puntos de la nave, por ejemplo en los balcones voladizos o en los ascensores panorámicos.

Maniobrar con un buque de estas características es realmente complicado incluso para estos expertos navegantes, que tienen en su haber el hecho de haber tenido entre sus manos los timoneles de barcos de volúmenes fuera de lo normal. Sin ir más lejos, los prácticos gaditanos se han visto ya maniobrando en Cádiz con buques como el Jarmada, considerado uno de los diez barcos más largos del mundo gracias a sus 373 metros de eslora. Sus 64 metros de manga (ancho del casco) lo conviernte en una embarcación difícil de gobernar.

Así, Rafael Ponce, uno de los prácticos más experimentados de la Bahía de Cádiz, y encargado de las relaciones institucionales dentro de la corporación, afirma que para ellos, para los prácticos gaditanos, no es nada nuevo eso del "salto de calidad" al que hacía referencia en días pasados el presidente del puerto de Cádiz, José Luis Blanco.

Allí, en Rotterdam, Antonio Sánchez ha presenciado de cerca las labores de prácticaje que ha requerido el Allure of the Seas para que su llegada a Navantia del próximo mes de mayo les coja preparados. "No nos podemos permitir que nada falle", afirma Ponce, que recuerda que cuando asumen los mandos de un buque no sólo se convierten en los máximos responsables de todo y de todos los que van a bordo sino que "nuestro reglamento nos recuerda que tenemos que velar por las instalaciones portuarias", ya que una mala maniobra podría significar un accidente de gran calado que podría poner en riesgo a muchas personas.

La corporación de prácticos del puerto de la Bahía de Cádiz es una de las pocas de España que cuenta hasta con tres certificaciones de calidad (ISO 1401, ISO 9001 y OHSAS 18001). Aún así el reciclaje se convierte en ley para los prácticos del puerto de Cádiz.