"¿Es esta provincia una empresa viable?" Con esta pregunta empezó ayer el presidente de los empresarios gaditanos, representante de 18.000 de las 57.000 empresas de la provincia, su intervención en el Foro Joly, un marco de reflexión organizado por Cajasol, el Casino Gaditano y Diario de Cádiz en el que Javier Sánchez Rojas dibujó vías para que la respuesta a su pregunta fuera sí. Sí es viable. La respuesta, de hecho, era sencilla y compleja al mismo tiempo, como son todas las respuestas con fundamento. La respuesta a la viabilidad es empresas, más empresas y más grandes. La duda está en que la empresas de Cádiz son pocas, pequeñas y hemos perdido diez mil de ellas durante la crisis. Diez mil empresas cerradas son una multiplicación de puestos de trabajo perdidos, pero también son "la destrucción de una parte intangible de quien la puso en marcha, un fracaso, y la contaminación del entorno de esa persona". Sánchez Rojas también quiso ofrecer ese apunte humano. Una empresa caída es menos empleo. Y un empresario menos.

"Sin empresas no hay empleo", recordó Sánchez Rojas, presidente de de la Confederación de Empresarios de Cádiz. Y aquí no hay empleo. ¿Por qué? Datos: España tiene 67 empresas por cada mil habitantes, Andalucía tiene 56 empresas por cada mil habitantes. Cádiz tiene 44 empresas por cada mil habitantes. ¿Cómo son esas empresas? Miniaturas de empresas, micropymes. De las 57.000 empresas, 28.000 no tiene ningún trabajador. En porcentaje, el 82% de las empresas de la provincia tienen dos, uno o ningún trabajador. Sólo hay registradas 266 empresas con más de 50 trabajadores. La reflexión de Sánchez Rojas es inapelable: si todas las empresas que no tienen ningún trabajador tuvieran al menos uno se reduciría un 25% el paro endémico de la provincia con más paro de Europa. "La receta es sencilla: más empresas nuevas y que crezcan las existentes. Pero cuando escucho a los políticos parecen tener cierta alergia a la palabra empresa. Hablan de empleo como si cayera de los árboles, utilizan eufemismos de emprendedores y otros muchos más. No, existe una palabra clave: empresa". Y Sánchez Rojas se fue a la Real Academia para explicar que una empresa, en su tercera acepción, es "acción importante, y en especial la que resulta ardua y dificultosa". Esto es, es más fácil decirlo que hacerlo, pero no hay otro camino.

A partir de ese momento Sánchez Rojas fue al grano. Si aceptáramos que son las empresas, y no el empleo subvencionado o el dinero público que pone parches, el que crea empleo estable, entonces el panorama tendría que ser, según el ponente, el siguiente: bajada sistemática de impuestos, mayor seguridad jurídica, un precio de la energía asumible, políticas de empleo flexibles, un coste de la seguridad Social similar al resto de Europa (cinco puntos menos que en España)... "Se empeñan en planes de empleos cuyos resultados ya conocemos. Administraciones enfocan sus objetivos de modo chovinista y los resultados ya los conocemos. ¿Y si probamos con planes de empleo que se apoyen en el crecimiento empresarial, colocar a las empresas en el centro? Es que insisto que es sencillo. ¿Quién crea empleo? Las empresas. ¿Qué necesitamos por tanto? Empresas. Por empezar por algún sitio, intentemos que las administraciones sean más ágiles en la burocracia: bien ayuda quien no estorba".

Sánchez Rojas no quiso lanzar un mensaje pesimista, todo lo contrario. Un a vez más abundó en las potencialidades de la provincia, que existen, pero hay un problema que no conseguimos resolver: cada uno va por su lado. "Ahora se habla de muchos ejes, que si el eje Sevilla-Málaga, que si ahora el eje Sevilla-Córdoba... en Cádiz no necesitamos más eje que el nuestro, un eje interno. Se trata de que un pueblo no intente vender el vino de su pueblo, sino que se integre ese vino en el vino de Cádiz. Tenemos que crear marca. Una vez que tenemos una marca nos sentimos respaldados para salir fuera, sin complejos. Hemos demostrado que nuestros productos son valorados fuera. Nos valoran fuera lo que no valoramos nosotros. Si hay un clúster en el Campo de Gibraltar, el resto de empresas tiene que darse cuenta que eso es una oportunidad; si hay una posibilidad de desarrollo en Las Aletas, los empresarios del Campo de Gibraltar deben saber que ahí hay una oportunidad. Nos llamamos Cádiz y eso es lo que tenemos que vender, ir con una sola tarjeta de visita y una sola voz a Madrid y a Sevilla. Y tenemos que ir todos juntos: Cámaras, puertos, Diputación, Universidad, sindicatos... Es nuestra marca porque podemos tener una marca, porque fuera se valora nuestra marca".

Pero Sánchez Rojas no es ningún ingenuo y sabe las trabas con las que se enfrentan los empresarios gaditanos que quieren dar un paso adelante. Se lamenta de infraestructuras prometidas hace años que no acaban de ser realidad. No entiende que uno de los grandes puertos de Europa, el de Algeciras, no tenga una conexión ferroviaria, o que haya que ir de Vejer a Algeciras por una carretera nacional. Pero si hay algo que cree que hace daño es "una economía sumergida que supera en el PIB a la economía emergida. Lo hablamos en las reuniones de empresarios y algunos dicen yo no denuncio, no soy policía. Y yo digo que sí, que hay que denunciar porque no se puede competir con quien deja en su casa la solidaridad, la contribución a la sociedad y el respeto a lo común. La economía sumergida nos degrada".

También hizo un llamamiento a los poderes públicos, que en un año de citas electorales, según sus "cuentas de la vieja", han estado inactivos 244 días este año. "Se ha gestionado la rutina, pero no se ha tomado ninguna decisión. Necesitamos decisiones para avanzar".