Provincia de Cádiz

Rebelión contra las cuentas

  • Más de 500 maestros, que ya aplican en escuelas de toda España el método revolucionario de cálculo ABN, nacido en Cádiz, se reúnen en Madrid

Todo empezó hace seis años en dos clases de chiquillos del colegio Andalucía, en un barrio popular de Cádiz. El experimento era ambicioso: acabemos con las cuentas. El artífice era un inspector de la delegación de Educación, Jaime Martínez, y su mujer, maestra, Concha Sánchez. Las cobayas eran niños que se enfrentaban a los números con una mirada revolucionaria. Los números no eran elementos vacíos. Los números te hablaban y te contaban muchas cosas. Los números eran un parque de atracciones. Los resultados fueron asombrosos. Micos de seis y siete años obtenían un cálculo mental a la velocidad del rayo.

Seis años después no hay cobayas. Hay decenas de miles de alumnos de Secundaria en toda España que siguen un método que Anaya ha plasmado en libros de texto que no incluyen ni una sola cuenta de cálculo tradicional. Y, por segundo año, este método nacido en Cádiz reúne a sus seguidores en uno de los encuentros de mayor trascendencia para la investigación y el desarrollo de nuestro país, partiendo de la base, de la Primaria. En la Universidad Autónoma de Madrid se juntaron medio millar de maestros de toda España para compartir experiencias de lo que podría suponer la mayor transformación en nuestros procedimientos educativos que se recuerda.

Jaime Martínez, que ha realizado el seguimiento formando profesores por toda la geografía, lo proclamó en la conferencia que cerró el congreso: "El cálculo tradicional es un zombi. Está muerto aunque él no sepa que lo está. El cálculo tradicional no sirve para absolutamente nada, lo hacen las máquinas. Con el ABN está comprobado que el niño es capaz de extraer habilidades útiles para aplicar en la vida cotidiana".

El encuentro quería intercambiar esas experiencias, conocer el desarrollo de esas habilidades en la práctica diaria. Y lo hicieron desde maestros de zonas rurales hasta especialistas en educación especial. A través de talleres y conferencias se conocía el día a día del funcionamiento de un método que destierra lo que conocemos como matemáticas, pero que no lo son, para cambiarlos por "la gramática del número". En su exposición ante el auditorio, Martínez mostró ejemplos. Una de las pruebas que exhibió consistía en ver lo que chicos de 4º de Primaria instruidos en el cálculo tradicional podían hacer en la descomposición del número 759. El ejemplo tiene su sentido. Para un chico de cálculo tradicional el 759 es el 759, para los chicos instruidos en ABN el 759, y cualquier otro número, naturalmente, es un cuerpo que se puede destripar en cientos de variantes. De ese modo, los chicos de 4º hicieron unas pocas descomposiciones (750+9, 740+19, etc.) A continuación, un grupo de chicos de 2º realizó sobre el mismo número decenas de lecturas con multiplicaciones, divisiones, restas... Reforzaba el discurso de que los niños no estaban calculando, que también, sino analizando y jugando.

Ya en la conferencia inaugural, César Saenz de Castro, director del Instituto Universitario de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma y coordinador del proyecto Un cambio educativo para la justicia social, defendió una matemática "comprensible". Saenz de Castro es matemático y puso en tela de juicio la etiqueta de la ciencia con corsé. "Los matemáticos podemos convertir votos en escaños de diez maneras diferentes. Del mismo modo, a un problema de cálculo se puede llegar por distintas vías (como defiende el método ABN) y no encorsetado en una cuenta. No pretendemos que los alumnos sean expertos matemáticos, sino que aprendan a solucionar sus problemas. Educamos a nuestros hijos en que sólo existe una solución y eso no es cierto".

Y pese a que ABN mejorará las competencias del informe Pisa Sáenz de Castro no quiso convertirlo en una panacea. "No es Eurovisión. Todavía me pregunto por qué si la Unesco es el organismo internacional de la Educación, del Pisa se encarga la OCDE, que es una organización económica que trata al ciudadano como consumidor y productor. Eso es lo que busca en nuestros alumnos, pero nosotros queremos que nuestros alumnos piensen".

Pero todo objetivo necesita un método. Este proyecto ha encontrado en ABN un vehículo que se está estudiando desde múltiples ángulos. Manuel Villagrán y Carmen Canto, de la UCA, expusieron los resultados de las investigaciones en marcha que incluye una sobre habilidades numéricas de los bebés. Desde la Universidad de Córdoba se realizaron experiencias con estudiantes de Magisterio en prácticas aplicando el método y en un 95% de los casos se afirmó que el aprendizaje era más fluido. "Nadie piensa en enseñar inglés como se enseñaba hace 35 años. ¿Por qué nos empeñamos en enseñar matemáticas como entonces?", concluyó Rafael Bracho, autor de este estudio.

El método traspasa fronteras. Desde Chile o México se enviaron vídeos de niños de allí aplicando ABN. Y todo empezó con unos niños que ahora van a ir al instituto en un colegio de Cádiz.

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