Provincia de Cádiz

Zahara, un pastel sin la guinda

  • Una de las mejores playas de la provincia resiste otro verano sin el distintivo de la bandera azul Gobierno y Junta siguen sin construir la nueva depuradora que solucionaría el problema

Zahara de los Atunes no necesita galardones, es verdad. Pero también es verdad que a ningún pastel le pesa una guinda, aunque sirva de mero adorno. Algo parecido le sucede a esta población del término municipal de Barbate, que sigue conservando una de las mejores playas de la provincia de Cádiz y de Andalucía -no serán pocos los que piensen que es la mejor de todas- pero que suma ya varios años sin que junto a sus arenas blancas ondee al viento la bandera azul de los mares limpios de Europa.

Y el rechazo a esta distinción, un castigo que se ha extendido al resto del litoral barbateño y que se presume que durará aún varios años más, tiene lamentablemente una base bastante sólida: la depuradora que trata las aguas residuales de Barbate y de Zahara es tan arcaica que toda esa porquería se vierte directamente al océano Atlántico a través de un emisario submarino que parte desde la playa de El Botero, frente a la sierra del Retín y a mitad de camino entre ambos núcleos poblaciones. Y eso, en opinión del organismo que reparte las banderas azules, la Fundación Europea de Educación Ambiental, es inadmisible a estas alturas del siglo XXI.

Este panorama deja dos evidencias. La primera es que la acción de ese emisario submarino causa molestias y preocupación en Zahara de los Atunes a partes iguales, tanto a los vecinos del lugar como a los turistas de la zona. Primero porque no son pocos los que han sufrido malos olores a lo largo de este verano, aunque hay discrepancias sobre si esa fetidez proviene del emisario o del río Cachón -cuya desembocadura quedó cegada semanas atrás por la acción del viento y la acumulación de arena- y si está localizada sólo en las inmediaciones de la playa de El Botero o en el conjunto del litoral zahareño. Y segundo porque nadie consigue despejar el temor latente entre los vecinos de Zahara a que un año de estos la cosa vaya a peor y esos vertidos terminen llegando a la costa, lo que traería consigo unas consecuencias terribles en un enclave netamente turístico.

En cualquier caso, y aquí viene la segunda evidencia, de momento lo que está claro es que las aguas de Zahara de los Atunes están limpias y son sin duda alguna aptas para el baño, como atestiguan continuamente los diferentes análisis encargados por las administraciones que tienen entre sus competencias garantizar la seguridad pública. De todo ello pueden dar fe además los miles de turistas que en este verano que encara ahora su recta final han disfrutado de la belleza, de la tranquilidad y de la hospitalidad de la población zahareña. No en vano, los sectores hotelero y hostelero de Zahara hablan sin tapujos de que este ha sido con diferencia el mejor verano en mucho tiempo en cuanto a afluencia de visitantes se refiere.

Es verdad que la playa de Zahara de los Atunes, junto con las del resto del litoral barbateño, disfrutaba no hace mucho tiempo del prestigio que trae consigo la bandera azul. Pero todo cambió cuando, de repente, Europa se dio cuenta del cómo y el dónde se vertían esas aguas residuales. Y el castigo amenaza con prolongarse en el tiempo... salvo que el Gobierno central y la Junta de Andalucía decidan de una vez dar a Barbate y a Zahara de los Atunes el trato que ambas poblaciones se merecen.

La historia de estos vertidos viene de largo. Y la culpa recae en exclusiva en la depuradora que se inauguró junto al río Barbate en la década de los noventa. Esa planta de tratamiento nació antigua desde sus orígenes y en poco tiempo quedó desfasada con respecto a otras depuradoras que empezaban a funcionar en municipios cercanos. Esa EDAR no sólo no tuvo en cuenta jamás el incremento de población que registraban Zahara y Barbate cuando llegaba la temporada veraniega -algo que se ha acrecentado en los últimos años- sino que además sólo contemplaba desde su entrada en funcionamiento tratamientos primarios de los residuos que recoge, lo que supone un desfase abismal en los tiempos que corren.

Cuando la empresa Aqualia se hizo con su gestión, concretamente después de que en 2011 la Junta llegara a prohibir el baño en las playas urbanas de Barbate por la mala calidad de las aguas, esta firma consiguió al menos que los residuos no se siguieran vertiendo al río Barbate, ya que las bacterias procedentes de los mismos afectaban entonces de lleno a la barbateña playa de El Carmen. Y la solución vino de la mano del emisario submarino que funciona desde hace dos años, de algo más de 300 metros de longitud y que parte a mitad de camino entre Barbate y Zahara, en concreto desde la playa de El Botero, para arrojar esas aguas residuales en pleno Atlántico. El emisario, eso sí, no pudo llegar más lejos de la costa debido a las protestas surgidas por el sector almadrabero, que temía que estas conducciones pudieran alterar el recorrido anual de los atunes rojos por esta zona.

En apenas dos años que lleva en funcionamiento, el emisario ya ha dado algún que otro susto, en especial con el suceso vivido en agosto de 2015, hace ahora un año, cuando la tubería de impulsión del nuevo punto de desagüe submarino, en un tramo antiguo localizado debajo de la carretera Barbate-Zahara, reventó al no ser capaz de soportar la ingente cantidad de aguas residuales generadas por una población que cuanto menos se triplica en época estival. Aqualia se encargó de esa reparación con una tecnología novedosa y, de momento, el emisario no ha vuelto a dar sobresaltos y este verano ha funcionado de manera correcta.

Pero Zahara de los Atunes -y por extensión Barbate- no se conforma con parches y exige una solución definitiva. Y la misma pasa de manera inexcusable por la construcción de una nueva depuradora que tiene ya proyecto de ejecución, presupuesto y lugar de ubicación: en la zona de El Bujar, a la espalda de Montenmedio. La construcción de esta nueva planta, que sí contará ya con el tratamiento terciario que exige la normativa europea, fue una prioridad para el gobierno municipal anterior que presidía el socialista Rafael Quirós y lo sigue siendo para el equipo que dirige desde el año pasado el andalucista Miguel Molina. Esa depuradora, que costará 18 millones de euros provenientes de fondos europeos, sólo está a expensas de que el Gobierno central y la Junta de Andalucía se pongan de acuerdo para iniciar su construcción. Ambas administraciones dicen que es una prioridad, pero siguen sin demostrarlo. Mientras tanto ese paraíso veraniego que se llama Zahara de los Atunes seguirá siendo un pastel pero al que le seguirá faltando la guinda.

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