Provincia de Cádiz

La debilidad del campo y el paro en la construcción hunden a la Sierra

  • La convocatoria de huelga general realizada por el SAT en los 19 municipios serranos pretende llamar la atención sobre la delicada situación de sus habitantes · CCOO, UGT, PSOE y PP se desmarcan

La cara más dramática de la crisis económica tiene en la Sierra gaditana 17.541 historias detrás. Es el número de parados registrados durante el mes de enero en los Servicios Públicos de Empleo, del Ministerio de Trabajo, en el conjunto de los 19 municipios que integran esta comarca.

Eso supone que la Sierra arrastra el 10,2 % del desempleo total de la provincia de Cádiz, donde la tasa se sitúa, en la actualidad, en los 171.266 parados. Ese porcentaje, sin embargo, es el segundo más bajo de las cinco comarcas gaditanas: la Costa Noroeste acumula el 10,6% de todos los parados (con 18.194 en enero); la Janda, el 9,6% (el mes pasado dejó 16.391 desempleados); la Bahía de Cádiz, el 48% del total (con 82.299 personas sin trabajo; y el Campo de Gibraltar, el 21,6% (con 36.841 parados).

Para el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT-SOC) las colas de parados y los dramas que viven decenas de familias son motivos más que suficientes para la convocatoria de una huelga general prevista para la jornada de mañana en toda la Sierra, que respaldan media decena de alcaldes de Izquierda Unida y Partido Andalucista, ante lo que denominan una situación "insostenible".

Eso sí, el SAT habla de "32.266 demandantes" de empleo, "el 39% de la población activa", casi el doble de las cifras oficiales que emite el Ministerio de Trabajo. Una convocatoria de la que ya se han desmarcado los sindicatos UGT y CCOO que no la apoyan por considerar que una huelga general "no puede ni debe utilizarse de manera irresponsable" y aún menos "ponerla al servicio de unos objetivos difusos, sectoriales que sólo buscan protagonismo sindical y político".

El caso es que las consecuencias del desplome del gigante del ladrillo, con pies de arena, tiene su versión serrana con decenas de albañiles parados que buscan refugio en sus pueblos bajo el colchón familiar o los jornales de un campo que no puede dar más de sí. Emigraron a andamios principalmente de las zonas costeras. Vuelven al interior del tajo, desde donde partieron, pero sin perspectivas. Porque la agricultura es otro cantar.

La rentabilidad en el campo, la base económica de la mayoría de pueblos serranos, está en entredicho. A los agricultores no les salen las cuentan entre los elevados costes de producción y el margen de beneficios que les queda. Y los jornales son los que son. No hay más, aunque la demanda de personas pidiendo un trabajo en estos dos últimos ejercicios se ha disparado por el desinfle del ladrillo.

Si años atrás cultivos sociales como la fresa fueron una inyección económica para pueblos como Puerto Serrano, hoy a penas son testimoniales las decenas de hectáreas dedicadas a ello. El milagro de la fresa es ya historia. Resta la actividad agroalimentaria, básicamente el queso y el aceite, que salva algunas economías.

Tampoco hay nicho de empleo en la actividad industrial, que en la Sierra es baja y concentrada básicamente en el sector de la marroquinería, que también está inmersa en una profunda crisis ante la competencia de precios con los países emergentes orientales.

Y todo ello tiene su reflejo en números. Por ejemplo, la construcción y los servicios tiran a la baja el desempleo en Arcos, el municipio más poblado de la comarca. En enero, Arcos, con una población de 31.210 habitantes -según el Instituto de Estadística de Andalucía- alcanzó los 5.404 parados, superando, por ejemplo, a Puerto Real, con 5.211 parados y un censo de 40.183 habitantes. Casi la mitad de los 5.404 parados arcenses provienen de la construcción: en concreto, 2.225 desempleados. Un mazazo para una localidad como Arcos que en los últimos quince años ha tenido en la teja y en la construcción su filón de oro, que deparó la creación de decenas de pequeñas empresas al amparo de este sector.

Las estadísticas ponen la cara amarga también al bajón de la marroquinería en el, hasta hace poco, baluarte del sector: Ubrique (16.979 habitantes). Enero ha dejado 3.810 personas en las colas del paro, de las que 1.827 provienen del sector industrial, con lo que da cuenta de cómo anda el panorama de la piel. En más de una ocasión, el Ayuntamiento ha insistido en que la recesión de este sector ha dejado ya más desempleados en esta localidad que los que, en su día, causó el cierre de la planta de Delphi, en la Bahía gaditana, sin que se haya adoptado un plan de choque por parte de las administraciones superiores.

Son algunos esbozos de la crisis económica en los dos municipios con mayor densidad de población en la comarca. Como en otras zonas, la Sierra vive cada día historias de familias en apuros, hipotecados hasta el cuello, y con un horizonte laboral tirando a gris.

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