Provincia de Cádiz

Pizarro, único gaditano en el poder socialista andaluz

  • Tras la marcha de Chaves y la salida de Antonio Fernández como consejero, a la provincia no le quedan prácticamente referentes en el centro del poder regional

No hace falta ser un lince para concluir que la provincia de Cádiz es uno de los principales perdedores del proceso que se inició con la marcha del presidente Manuel Chaves a Madrid. El último capítulo de esta progresiva pérdida de influencia está plasmado en la salida del Gobierno de Griñán del que ya era veterano consejero de Empleo, el jerezano Antonio Fernández. Los socialistas gaditanos caminan en los últimos meses, de alguna manera, de derrota en derrota, y contando sus etapas por sorpresas desagradables.

Algo se intuía por aquí cuando Zapatero se llevó a su gobierno a Chaves. El ex presidente, ceutí, ha estado siempre muy ligado a Cádiz, como diputado en el Parlamento y por su amplio conocimiento de los asuntos de la provincia. Su marcha a Madrid ya se vivió como una gran pérdida. Hace sólo dos semanas, el apartamiento total de Luis Pizarro de la ejecutiva regional (cuando mucha gente en Cádiz apostó por que fuera nombrado presidente del PSOE-A) y la espantada poco airosa de Francisco González Cabaña volvió a dejar a la provincia que era referencia en el socialismo andaluz en las cotas más bajas: con una representación casi nula en el centro del poder autonómico.

Ahora, encima, se cae del Consejo de Gobierno Antonio Fernández. "Antonio es como el corcho, por mucho que tú lo hundas para dentro, cuando lo sueltes volverá a salir a la superficie y a flotar". Con estas palabras definía ayer un miembro de la ejecutiva provincial del PSOE al ya ex consejero, que ha estado casi cuatro lustros en primera línea de la Junta como vicesecretario de Trabajo y Desarrollo Tecnológico y consejero de Empleo, los últimos años. Algunas fuentes oficiales aseguran que el secretario general del PSOE-A, Pepe Griñán, le ofreció ayer la posibilidad de que accediera a la presidencia del Consejo Económico Social de Andalucía y que Fernández declinó la invitación. Para los que le conocen, es muy sencillo entender por qué: "Se trata de un puesto más bien para las personas que piensen en la retirada, y Antonio no está pensando en esta clave, por ahora, a buen seguro que estará maniobrando para seguir en la brecha". Tampoco lo ven pensando en clave local, aunque muchos rumores (la mayoría interesados) apuntaban ayer la posibilidad de que Fernández sopesara la idea de ir en las listas que el PSOE de Jerez presentará a las próximas elecciones municipales a fin de garantizarse un puesto de peso en la Diputación. "Antes que pensar en Jerez, Antonio estaría pensando en Madrid", añaden las mismas fuentes. Ahora mismo, Fernández no quiere ni por asomo oír hablar de su candidatura a la alcaldía de su ciudad.

En cualquier caso, la salida de Fernández del Ejecutivo de Griñán deparó ayer todo tipo de análisis a la carrera. A pesar de que la mayoría aplaude la idea de que el presidente andaluz le haya dado la vuelta al PSOE-A "como un calcetín", eran muy pocos los que veían a ex consejero de Empleo fuera de su gabinete. "Es que lo que se ha visualizado es muy fuerte. Que precisamente sean justo los que le apoyaron sin fisuras los que se han quedado fuera...", sostenían otras fuentes del partido, en alusión a Fernández, Cinta Castillo y Martín Soler. Los que sí deben estar preocupados son los representantes sindicales en la provincia. El papel de Fernández ha sido fundamental en el encauzamiento de los conflictos laborales surgidos a raíz de las crisis en Navantia, Delphi o Visteon.

Tras la salida de Fernández, hoy por hoy es Luis Pizarro el que ha quedado como único referente del PSOE de Cádiz, una agrupación que ha pasado de ostentar muchísimo poder en el PSOE andaluz y por añadidura en la Junta de Andalucía a quedarse casi huérfana de referentes. Precisamente a esto se agarró el secretario provincial, Francisco González Cabaña, para exigir ocupar los puestos de mayor rango de la ejecutiva regional cuando negoció con Griñán durante el pasado congreso extraordinario. El propio Cabaña manifestó ayer que es importante la permanencia de Pizarro, y que la provincia no perdería peso con eso, pero lo cierto es que algunas fuentes socialistas hablaban de la posibilidad de que el propio consejero de Gobernación, y ahora también de Justicia, hubiera pensado ayer mismo en irse, y muchos piensan que ha quedado en muy mal lugar, después de que se haya perdido a sus amigos en todos los puestos importantes representativos. El hecho de que se hayan engordado sus atribuciones con la Consejería de Justicia no parece que haya contentado a Pizarro.

Muchos por aquí no terminan de entender cómo ha podido esto acabar así, después de que la provincia apostara fuerte por José Antonio Griñán en el último congreso. No obstante, la nueva mujer fuerte del Ejecutivo, Mar Moreno, no se va a encontrar una total animadversión en la provincia. De hecho, cuenta con seguidores importantes, entre los que destaca José Luis Blanco. En tiempos, también lo fue el propio Francisco González Cabaña, que aún conserva buenas relaciones con la nueva consejera de Presidencia. Hay quien dice que es más bien a este corcho al que se puede agarrar el titular de la Diputación Provincial para navegar con éxito en las revueltas aguas en el futuro.

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