El sevillano Juan Muñoz Tamara preside el grupo GTM, donde se integran las promotoras Grupo Tarje y Chival Promociones. Desde el verano de 2009, el empresario está al frente del histórico proyecto hotelero de El Palmar, en Vejer. GTM relevó a la cadena Riera Marsá, ahogada por la crisis. En los últimos dos años, los intentos de este medio por contactar con Muñoz Tamara no han dado fruto, aunque él, cordial, asegura "estar disponible para resolver cualquier duda". Así lo señala en la segunda jornada de Fitur 2011, en la primera oportunidad de concertar una cita para conocer la situación del plan y poner cara a la iniciativa, la más relevante y polémica de los pocas que existen ahora en la Costa de la Luz.

El encuentro es en el expositor de la consultora GAT (Gestión de Activos en Transacción Hotels & Resort), que desde hace varios meses trabaja con el promotor para buscar una cadena hotelera que se encargue de la explotación del negocio. Es una de sus misiones en Fitur, donde se reúnen esta semana la mayoría de las grandes empresas del país y muchas internacionales. Ramón Garayar, director de GAT, y el alcalde de Vejer, Antonio Verdú (PSOE), que se ha reunido con el promotor, están presentes.

-¿Cómo llegan ustedes al proyecto tras la 'salida' de Riera Marsá?

-"Estamos asociados desde el principio con Esteban Riera Marsá. Él consulta a principios de la década entre cajas de ahorro de Andalucía la posibilidad de encontrar un socio fiable para afrontar este proyecto, y ahí es donde nos encontramos. Su empresa se convierte en la gestora, el motor del proyecto, de la gestión turística, y nosotros de la construcción. Como constructores lo vemos claro desde el principio porque es en ese campo donde tenemos más experiencia. Como hoteleros, tenemos menos experiencia pero no poca. Hemos construido hoteles como el Duque de Nájera, el Playa de la Luz, el Hotel Jerez, el Guadacorte y el AC Algeciras. Sabemos algo del negocio hotelero y del destino. Y por eso el proyecto nos ilusiona desde el principio".

Hay una clave en el caso en 2008, cuando, acuciado por las deudas y sin posibilidad de obtener financiación para hacer frente a una inversión de unos 50 millones, Riera Marsá se declara en concurso de acreedores y abandona el plan de El Palmar, cuya tramitación estaba casi completada. GTM, a través de sus sociedades, pasa a ser titular registral, deposita un aval de 180.000 euros en el Ayuntamiento y retoma la gestión.

-¿Qué han hecho desde entonces?

-"Seguimos dos vías: diseñar el borrador con las características del hotel, en el que se incluyen cambios con respecto al plan inicial, y trabajar con la Junta de Andalucía para conocer todas sus recomendaciones, recomendaciones no vinculantes pero que nosotros entendemos que debemos cumplir. Entre ellas, el hecho de que exista un espacio físico en el que se aglutinen todos los servicios del hotel, por ejemplo. Nosotros decidimos quitar el campo de golf de nueve hoyos incluido inicialmente porque no creemos en esa fórmula desde el punto de vista comercial. Preferimos que todo el mundo disfrute de las zonas verdes, a que queden en exclusiva para el golf, que además se practica con dificultad en tan sólo nueve hoyos. También retranqueamos los edificios.

El alcalde de Vejer señala que el plan parcial de Malcucaña, donde se ubica el hotel, está "pendiente de publicación" [así lleva varios meses] al tiempo que se redactan las bases y estatutos de la Junta de Compensación, la entidad que aglutina a los propietarios del suelo para proceder a la distribución de los beneficios y cargas derivados del planeamiento".

-¿Cuándo construirán el hotel? ¿Cuál es su calendario?

-"Las fechas son en estos momentos las mismas que las de la economía del país, porque es lo que determina las posibilidades de financiación, la confianza de los hoteleros, la mejora o no de los índices turísticos de Cádiz, que son mejores que en otros destinos pero que también deben ir hacia arriba. Hace falta una tendencia que haga posible un desarrollo de estas características, aunque nosotros tenemos una buena capacidad y solvencia, necesitamos garantías para un proyecto de esta envergadura".

Ramón Garayar, director general de GAT, observa que "el mercado apunta a que las compañías e inversiones hoteleras que durante los últimos años se han dirigido fuera de España están volviendo ahora a mirar al país". "Tenemos muchos factores a favor, la localización, el tirón del destino y que es el momento de invertir para presentar un producto novedoso cuando la economía se haya recuperado… Y una propuesta de construcción, aunque después el hotelero hará sus ajustes e indicaciones técnicas, tematizará el proyecto siempre ajustándose a lo que marque la normativa".

Después del desembarque de los nuevos promotores en El Palmar, una corriente de oposición a la construcción en la playa surgida en las redes sociales derivó en la creación de la plataforma Salvar El Palmar. Está respaldada por grupos ecologistas, cuenta con casi 54.000 adhesiones en internet y sigue protagonizando una férrea lucha contra el proyecto en frentes políticos e incluso jurídicos, aunque la Junta ha insistido en que no existe irregularidad alguna.

Responde Muñoz Tamara: "Profesionalmente hemos contrastado con nuestros asesores cuál puede ser el alcance de un grupo de estas características en la red social. Coincidimos en que hay que tener cuidado a la hora de valorar el ruido que se genera en el red social porque no corresponde con la situación real ni con la inquietud de una población o un grupo de personas concreto. Me explico, para sumarse a esa plataforma no hay que hacer nada más que darle a un botón. Jamás nadie de esa plataforma se ha dirigido a mí, ni nos ha pedido nuestra opinión, ni nuestros criterios de trabajo. Cuando lo hagan, estaré encantado de atenderles. Todo se ha cumplido de forma exquisita. Quizás ahora se está viendo que el proyecto está cerca. La vocación es ponerlo en marcha cuanto antes, en cuanto tengamos un compañero de viaje".

El documento de presentación de El Palmar Beach Eco-Resort, nombre dado al complejo, describe la construcción de un "complejo abierto, orientado al uso extensivo de los espacios exteriores y con edificios de baja altura y poco densa": un hotel de 133 habitaciones y 144 villas. También incluye una recreación gráfica con muchas pequeñas edificaciones y palmeras, la misma imagen que está impresa en un gran cartel para convencer a algún inversor en Fitur.