La rendención

Con el corazón y de rodillas

  • La hermandad del Santuario sale de su templo en una maniobra que obliga a echar el paso 'a fondo' máximo

DECÍA Don Bosco que "sin penitencia no se puede conservar la inocencia". Y esto precisamente fue lo que pretendieron poner ayer en la calle los hermanos de la Redención: una estación de penitencia ejemplar, llena de espíritu salesiano, lo que es lo mismo que decir que iba rebosante de niños y jóvenes, haciendo realidad en pleno Jerez todo cuanto decía el gran Santo turinés.

A las cinco y media de la tarde hacía su aparición bajo el dintel del Santuario de María Auxiliadora la cruz de guía de la Hermandad del Perdón, cedida a esta joven corporación en recuerdo de aquellos tiempos en que eran los nazarenos del Cristo joven quienes visitaban el entonces Sanatorio de Santa Rosalía. Cabe destacar el contratiempo que ha supuesto para la hermandad de la Redención el no haber podido disponer de su cruz de guía, ya casi finalizada a causa de la enfermedad del dorador que estaba encargado de realizarla.

Atrás, casi borradas del recuerdo, quedaron las miradas al cielo y a los partes meteorológicos en este Jueves Santo que ha continuado la espléndida tónica de toda la semana en lo climatológico. Los ciento ochenta y un hermanos de fila, vistiendo su hermosa túnica de color crema envuelta por capa azul y rematada por antifaz también azul, salían de su sede canónica bajo un sol esplendoroso e iban buscando el hospital San Juan Grande. Como novedad este año, la cofradía ha decidido acortar tiempo en la calle, debido en parte a la celebración de los Oficios en su sede canónica, y ya no pasa por las calles del populoso barrio de Icovesa. Igualmente, éste será su primer año en no pasar en primer lugar por la Carrera Oficial, cediendo el paso a la Vera Cruz

Como estrenos de la cofradía salesiana destacan la finalización del tallado del paso de misterio y las vestimentas de uno de los sanedritas que figuran en el único paso de esta cofradía, cuyo capataz es el incombustible Juan Carlos Sambruno al mando de una cuadrilla formada por 45 costaleros, los cuales tuvieron que afrontar de rodillas la complicada salida del Santuario.

A los sones de la banda de cornetas y tambores de la fundación Zoilo Ruiz-Mateos de Rota, que interpretó las marchas "Embrujo de Triana" y "En cuerpo y alma", el Señor de la Redención salió al encuentro de su barrio y de los enfermos y ancianos del Hospital que lleva el nombre del patrón de nuestra diócesis, San Juan Grande aunque para muchos mayores sigue siendo 'Santa Rosalía'.

Llegados ya a la Carrera Oficial, y tras el tradicional saludo en la Iglesia de La Victoria a la Hermandad de la Soledad, fue muy emotiva la entrada de la cofradía salesiana a los sones de "Abrazado a Triana" y "Al Señor del Compás", ejecutados con maestría por la banda.

A reseñar, al cierre de la presente edición estaba previsto que el paso de la corporación nazarena por Carpintería Baja y Tornería, donde esta corporación dejó sabores de Jerez nuevo en pleno corazón del Jerez medieval.

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