Sábado de Pasión

Madurez y solvencia en las vísperas de Semana Santa

  • Las seis hermandades de la jornada apuntaron buenas formas, cuidando sus cortejos, cumpliendo con seriedad y responsabilidad. Buen ambiente, ganas de Semana Santa.

Por fin llegó. La Semana Santa es ya una realidad. Y lo es con la primavera mostrando su mejor cara, la que ayer regaló a un Sábado de Pasión que si fue pletórico en lo meteorológico, no lo fue menos en lo cofrade. Seis hermandades se echaron a las calles para cumplir con su misión de enseñar sus talentos con pasajes de la Pasión en los que se vio a Cristo cargando con la cruz, crucificado, amortajado... El Sábado de Pasión jerezano es la conjunción de una serie de sensibilidades cofrades que nacen en puntos geográficos dispares y con unos orígenes también diferentes, en su mayoría vinculado a aquellos Viernes de Dolores con mucha carga experimental. Hoy son una realidad desde la avenida del Colesterol hasta el Chicle. Desde el Centro hasta las Torres. De formas general se vio solvencia y, algo muy importante, cortejos más o menos nutridos pero muy ordenados. Todas transmitieron muy buenas sensaciones que apuntan a una clara madurez y de saber de qué va todo esto.

Desde Las Torres salió la hermandad de La Salvación que aportó la gran novedad de la jornada como fue el estreno de la túnica de sus nazarenos. Un avance en su progresión cofrade que ayer dejó estampas para la aún corta memoria histórica de la corporación. Casi un centenar de penitentes vistieron la llamativa y singular túnica de color burdeos, correspondiendo a la orden redentorista. La complicada salida fue superada con esfuerzo dada la altura de la puerta de la iglesia que obliga a sacar el paso casi de rodillas y retirando una parte de la cruz para poder salir. Tras esto, la banda de cornetas y tambores del Nazareno de Huelva dejó escapar de sus instrumentos compases cofrades para el caminar de un paso que ayer estuvo decorado con una composición que emulaba flores silvestres y con enredaderas en los candelabros.

En El Chicle también se vistió la tarde en cofrade con la salida del Señor de la Salud desde la iglesia de San Rafael. Otra salida complicada por la estrechez de la puerta. Por allí se oyó alguna saeta, no cabe duda que de las primeras de la Semana Santa. En aquella zona, el tirón de esta imagen y de la hermandad van creciendo.

El paso se vio terminado de talla en su canasto y la Agrupación Musical San Juan se estrenó en esta hermandad. En el estandarte de la hermandad se vio un lazo rojo con el que la cofradía se sumó a los signos para clamar contra la persecución de los cristianos en determinadas zonas del mundo. Un lazo rojo como símbolo de "la sangre inocente derramada por nuestros hermanos que están entregando su vida como consecuencia de la barbarie y el extremismo al que estamos asistiendo". Así lo argumentó la hermandad hace unos días, una iniciativa que están adoptando casi todas las hermandades, signos de solidaridad y de pesar. Los hermanos salieron del templo en un numeroso y ordenado cortejo, con el acertado criterio de ir todos muy juntos. En la plaza de San Rafael el abundante público esperó y vivió la salida.

La Sed mantuvo su estilo solvente y sin estridencias, recordando con sus túnicas a la beata Teresa de Calcuta. De frente, es una hermandad que anda por las calles con un misterio en el que manda el impresionante Cristo de la Sed. A este conjunto de activos ayudó sobremanera la banda del Rosario de Cádiz, que ayer inició su presencia en la Semana Santa de Jerez con una cofradía a la que está íntimamente unida. La Sed ha tenido un estreno que se queda en casa, en su altar, la titular mariana de la cofradía, la Virgen del Amparo.

Más de ocho horas en las calles y venir al centro desde la Ronda Este, o avenida del Colesterol. Ese es el reto de cada año de Pasión que con sus acostumbradas ganas y sin arrugárseles el ombligo, como se suele decir, anduvo buscando Las Angustias dejando atrás ese Jerez nuevo que, gracias a esta hermandad, se impregna de Semana Santa.

No llegan al Jerez urbano pero no será por ganas. Así lo sienten en Guadalcacín los cofrades de La Entrega que ciñen su recorrido a las calles de la localidad. Es de esta forma, por el momento, pero si temer las considerables distancias. La Sentencia también se estrenó en su periplo semanasantero de este año. Aún perduran los intensos momentos vividos el pasado verano cuando se bendijo la Dolorosa de la cofradía, lo que fue un gran y muy participado acontecimiento.

Cerró el día La Mortaja imponiendo su estilo elegante y de silencio; de fina compostura alrededor de una estética muy definida buscando identidades propias para dar cortejo a un grandioso paso que sigue terminándose, este 2015 en dos candelabros y el canasto concluido. Y sobre este paso, un misterio evocando la tristeza y pesar de un enlutado pasaje de la Pasión. Música de capilla y andar de frente son las claves de la cofradía en la calle que volvió a rendir Estación en San Dionisio en lo que fue su segunda salida procesional.

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