José Mazuelos Pérez · Obispo de Jerez

"No hay que sevillanizar todo, Jerez tiene sus propias identidades y debe saberse"

  • El prelado espera de las hermandades una Semana Santa comprometida con la estación de penitencia y evalúa muy positivamente los gestos favor de los cristianos perseguidos.

- ¿Qué espera de esta Semana Santa por parte de las cofradías?

-Las hermandades deben hacer una buena estación de penitencia porque es el momento cumbre de toda hermandad, de una procesión pública de fe. Solo les pido que cuiden la estación de penitencia y que participen en liturgia de la Semana Santa, que es fundamental.

-Este año las hermandades rezarán y tendrán gestos a favor y en recuerdo de los cristianos perseguidos.

- Me ha resultado verdaderamente grata esta decisión porque están masacrando cristianos en muchos lugares del mundo. ¡Qué menos que nuestras hermandades como signo de sensibilización con estos hermanos! El Papa Francisco no para de invitarnos a orar. Me parece un gesto muy bonito.

- ¿Tenemos una Semana Santa acorde con Jerez o está sobredimensionada?

-Está muy acorde porque Jerez es muy cofrade.

-Lo preguntaba mas bien por el número.

-Por población, puede ser que esté sobredimensionada. Pero Jerez tiene una cosa importante, están las hermandades clásicas del centro pero después ha desarrollado hermandades en sus barrios. Son las de futuro. Si evaluamos la situación de 0 a 10, estamos en un 7. Pero pienso que debemos hacer crecer las que están en vez de promover una eclosión de hermandades.

- En definitiva, hacer crecer las que están.

-Ya con las que tenemos, tenemos un buen equilibrio. Y debemos estar atentos porque podemos desequilibrar la situación

-¿Entrará alguna en Carrera Oficial en 2016?

- Ufff, no sé. Vamos por año.

-Desde su llegada a Jerez, en qué han cambiado las hermandades gracias a su ministerio?

-La clave fundamental es la formación. Es lo que intento inculcar para que se aplique, que se respete el culto; fomentar la devoción, en pocas palabras, de no secularizar. Hay hermandades que están haciendo grandes esfuerzos. Me llamó la atención que la hermandad del Pelirón lleva a cabo una iniciativa muy curiosa dando catequesis a los niños usando nuestras cofradías para explicarles los evangelios. Es algo estupendo y maravilloso. Eso es una minoría creativa y es algo que tenemos que ir haciendo en nuestras hermandades. Precisamente para esa no secularización fue la causa del decreto de procesiones extraordinarias, que por cierto nos han copiado. Se trata de no relativizar y no caer en una descritianización. Salimos en Semana Santa que es el día grande que luce con los cortejos y enseres. Claro que existirán momentos en los que habrá que salir, pero todo muy medido.

-¿La Semana Santa es responsable con el mensaje de 'mesura' que pide el Papa?

-En líneas generales, sí. Es algo que siempre les he pedido a las hermandades de Jerez. Un equilibrio entre la belleza de la caridad y la belleza de la estética. Que lo decía Benedicto XVI y pienso que las hermandades hacen grandes esfuerzos en ayudar e ir de la mano con Cáritas, que se está consiguiendo. Trabajar juntos es algo en lo que vamos ganando pero queda mucho por recorrer.

-¿Se puede llegar a que se entiendan que las hermandades son ONG's más que entes de Iglesia?

-Ciertamente sí, por eso hay que mantener el equilibrio entre la cáritas y la estética. Pero lo que más me preocupa es que las hermandades se conviertan en ONG's culturales. Ahora se oye que se quiere pedir que la Semana Santa en España sea declarada Patrimonio de la Humanidad porque además de ser religiosa se la considera como un fenómeno cultural. Pues mire usted, no. La Semana Santa tiene un sentido, detrás de toda la parafernalia encontramos a una viejecita que mira a su Cristo y le da fuerzas para tirar para adelante. Y hay un enfermo que lo ve por televisión o lo oye por la radio y le da fuerzas para superar su trance. Están los que piden por su familia cuando ven a su Virgen pasar. Esa es la fuerza de nuestras hermandades y vamos dejarnos de historias. De la estética nos cansamos y no debemos dejarnos engatusar por esos honores pero la religiosidad popular tiene una enorme riqueza, de lo que ha escrito el Papa Francisco, no solo aquí, incluso en Latinoamérica donde incluso tiene más fuerza.

-¿Las hermandades cumplen con sus obligaciones económicas para con el Obispado?

-En líneas generales, van cumpliendo. Quiero aclarar que esto no es un impuesto. Mantener la estructura de la Iglesia diocesana tiene su coste, pese a los muchos voluntarios con los que contamos. Pero la Casa de la Iglesia funciona porque las parroquias aportan, en la medida de sus posibilidades. El dinero que nos llega es el que recibimos de parroquias, hermandades, donativos, la aportación mediante el IRPF. Con todo esto tiramos para mantener toda la Diócesis pero hay empresas que atendemos como es Santiago o la torre de la Catedral y sus campanas.

-Al hilo de Santiago, ¿saldrán de allí en 2016 Prendimiento y Buena Muerte?

-Por supuesto, tendría que pasar una catástrofe muy gorda. Ya están quitando los andamios, los cimientos se están consolidando. Ahora llega la fase de entrar en instalación eléctrica, la espadaña, las campanas, el suelo... no me parecía pararlo todo para que salieran las hermandades. El Miércoles Santo iré a dar la misa ante el Prendimiento.

-En un futuro que puede ser inmediato, las hermandades y cofradías y todas las instituciones eclesiales tendrán que rendir cuentas a la Administración Tributaria, en virtud de la Ley de Transparencia. El Arzobispado de Sevilla creará una oficina que visará las cuentas de todas las instituciones eclesiales, incluidas las hermandades...

-Vamos a una norma que hay que asumirla. No le tengo miedo a esa ley ni mucho menos. Gracias a Dios las cuentas las presentamos ante el equipo económico del Obispado. Las hermandades deben hacerlo así porque para eso se hacen los cabildos de cuentas y se tendrán que poner las pilas. Aquellas hermandades que tienen como secundario el cabildo de cuentas, tendrán que tenerlo como prioritario y sellar esas cuentas el Obispado. Al final el último responsable es el Obispado. Si en una hermandad hay un desfalco, la que sufre es la Iglesia local. Ya nos hemos reunido con las hermandades a las que se les ha informado de todo esto. El equipo económico no presentó la norma como una amenaza si no como un toque de atención ya que será en última instancia Hacienda la que verá todas nuestras cuentas. Ya no vale dar un toque de atención, como antes, cuando había errores mínimos. Ahora el asunto económico es más serio. De todas formas, insisto, en que de forma general se cumple bien.

-Llegó usted de Sevilla, madre y maestra en lo cofrade. ¿Qué le ha enseñado Jerez?

-Jerez me ha enseñado una cosa que valoro mucho, porque también lo he vivido en mi pueblo: no hay que sevillanizar todo. Jerez tiene sus identidades. Su molía, su Nazareno, su Cristo de la Expiración, su Amor y Sacrificio, que responden a una vivencia de fe de una Iglesia; son instituciones muy antiguas que han mantenido la tradición y ahí están con todas sus devociones. Esto lo tiene que aprender mucha gente. Es cierto que hermandades de palio van marcando, como Macarena y Triana, pero Jerez tiene su estilo e idiosincrasia. Al mismo tiempo, lo que es bueno en todos sitios, también disfrutarlo aquí. Me encanta el paso de La Cena, que también marca como lo es en Sevilla San Gonzalo.

-¿Está en su agenda o en su pensamiento analizar alguna de las peticiones de coronación que están sobre su mesa: Soledad o Estrella? ¿Tras la de La Esperanza quedará mucho para ver otra o será cuando Ella quiera?

-Cuando Ella quiera no. Eso habrá que estudiarlo. Detrás una coronación hay que crear algo enraizado. No me vale que un limonero esté en una macetita, quiero un gran limonero con raíces hondas para que dé muchos limones. Lo mismo pasa con la coronación, se necesita una gran fuerza y no que ésta o aquélla junta de gobierno quiera coronar. Todos queremos coronar pero eso implica que tiene que existir una gran obra de caridad, como en La Yedra con la cocina solidaria que ya es un modelo en otros sitios. Hablamos de una gran devoción, que se masca como el viernes por la mañana que este año comprobé al acompañar a La Esperanza. El culto, la formación, la vida de hermandad...

-Díganos una hermandad de Jerez que le subyuga especialmente.

-Me gustan las de alta devoción. Me pones en un compromiso. Son muchas las que me llaman la atención, es que son tantas. Si nos vamos a La Granja ves el esfuerzo de los jóvenes y cómo vienen. Soy muy Nazareno por cuna, y la Virgen de los Dolores, que son dos devociones maternas y paternas. Me gusta ver El Cristo en la calle. Es muy especial, tiene una gran fuerza devocional al igual que el Prendimiento. Son imágenes que suscitan devoción, que la tienen por encima de juntas de gobierno, del arte y todo lo demás. En Las Tres Caídas contaban cómo a una mujer joven le preguntaron de qué hermandad era y dijo que de ninguna, que no sentía esto. Sin embargo contó que todos los lunes visitaba al Señor de las Tres Caídas y se ponía a llorar, que le abría una ventana del cielo. Esa es la función y fin último de toda hermandad.

-¿Le gustan más las hermandades de silencio o las que tienen un cariz más alegre?

-Me gustan las alegres, con marcha.

-¿Ha existido un acto o evento cofrade, de aquí de cualquier otro lugar, en el que se haya sentido especialmente satisfecho?

-La ceremonia de coronación de La Yedra me llegó mucho. Fue apoteósica, por cómo estuvo preparada, la liturgia, la coronación en sí. Para mí fue un momento grande. Así de golpe es lo que me viene a la mente, pero tengo otros momentos como la salida del Santo Crucifijo con el silencio, La Soledad cuando le impusieron la Medalla de Oro de la Ciudad con el canto en vivo por el Niño de la Fragua de la plegaria de Antonio Gallardo...

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