Sociedad

Científicos alemanes descubren una posible nueva raza humana

  • El análisis de un dedo encontrado en Siberia permite a los expertos identificar un tipo de homínido hasta ahora desconocido que vivió en las montañas de Asia Central hace entre 48.000 y 30.000 años.

La secuenciación genética del hueso de un dedo encontrado en una cueva de Siberia ha permitido a los científicos identificar un tipo de homínido hasta ahora desconocido que vivió en las montañas de Asia Central hace entre 48.000 y 30.000 años. El análisis, del que informa la revista Nature, indica que ese ADN mitocondrial (ADNmt) corresponde a una migración procedente de África de la que no se sabía nada hasta ahora y que es distinta de las protagonizadas a partir de ese continente por los antepasados del hombre de Neandertal.

Johannes Krause, del Instituto Max Planck de Antropología Evolucionista, de Leipzig (Alemania), y otros colegas, entre ellos Terry Brown, de la Universidad británica de Manchester, lograron secuenciar el ADNmt del hueso de un dedo descubierto en una cueva del sur de Siberia. La secuencia representa un tipo hasta ahora desconocido de ADNmt y los científicos lo han comparado con los del hombre de Neandertal y los humanos modernos. El análisis de la nueva secuencia indica que ese ADN mitocondrial compartió ancestro con el ADN de los neandertales y del ser humano moderno hace aproximadamente un millón de años. Eso significa que su antigüedad es el doble de la del antepasado común más reciente del ADN del hombre moderno y del de Neandertal, cuyas secuencias genéticas empezaron una evolución por separado hace unos 500.000 años.

La edad del fósil indica, además, que la especie en cuestión pudo haber coexistido con neandertales y el ser humano moderno en esa región del mundo. El hueso del dedo -descubierto en la cueva de Denisova, en el macizo de Altai, al sur de Siberia- corresponde a un niño de unos seis años. Su material genético no se parecía al del primer hombre moderno o al de Neanderthal, sino que era algo que los científicos no habían visto antes. "Era una secuencia similar en cierto modo a los modernos humanos y al mismo tiempo distinta", explica Krause. Su colega Svante Paabo estaba en EEUU cuando Krause le llamó para comunicarle por teléfono los resultados y, en un principio, creyó que era una broma. "Quienquiera que hubiese sido portador de ese ADN mitocondrial era una criatura desconocida hasta aquel momento para nosotros", dijo Paabo.

Los científicos no saben si el homínido era de sexo masculino o femenino, aunque en inglés le dieron el nombre de X-woman (mujer X) porque el descubrimiento se basó en ADN de los mitocondrios, que, a diferencia del ADN del núcleo celular, sólo se hereda por vía materna. Todo apunta en cualquier caso a que ese tipo de homínido no corresponde al homo erectus, del que se derivan tanto el hombre de Neandertal como el moderno.

El homo erectus emigró de África hace unos dos millones de años antes de dar lugar a los hombres de Neandertal hace unos 450.000 años. La mayoría de los expertos cree que los miembros de la especie homo sapiens salió de ese continente mucho más tarde, hace unos 60.000 años.

Según Krause, a juzgar por su ADN mitocondrial, el ser al que corresponde el hueso descubierto en Siberia parece dos veces más distante de los neandertales que del hombre moderno y, en cualquier caso, más próximo biológicamente al homo sapiens.

Otro misterio radica en el hecho de que en el lugar de Siberia donde se efectuó el hallazgo se encontraron también artefactos y herramientas mucho más modernos de piedra y de hueso, incluido un brazalete y otros adornos. No se trata de la tecnología que se asocia con los neandertales, lo que, según Krauze, es "muy misterioso".

Según los científicos, es hora de revisar las teorías sobre las migraciones procedentes de África. En lugar de que los humanos saliesen de aquel continente en dos oleadas principales, las migraciones tal vez fueron un proceso continuo y oscilante.

Los expertos están analizando el ADN nuclear para determinar sin que quede lugar a dudas si ese individuo, el X-woman, corresponde a una nueva especie. Los científicos creen que no es probable que se identifiquen nuevas especies que vivieron en regiones más húmedas porque el ADN no sobrevive más de varios miles de años en esas condiciones, pero consideran que pueden hacerse nuevos descubrimientos en zonas más frías.

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