Jordi Évole arrancó nueva entrega de Salvados el domingo pasado con El machismo mata. "El programa más importante que hemos hecho en las últimas temporadas", confiesa. Y la audiencia respondió con un 16% de cuota de pantalla y 3.233.000 espectadores, quedándose a muy poca distancia de El peliculón de Antena 3. Évole volvió a la parrilla televisiva para centrarse en las personas, dejando a un lado los nombres famosos y la política. En este nuevo recorrido, el equipo de Salvados seguirá con un ojo en los vaivenes políticos, pero pondrá el otro en la economía y las grandes empresas. El segundo plato de la nueva hornada es hoy un 'consejo de ex ministros', en el que miembros de los ejecutivos de González, Aznar y Zapatero aportarán sus particulares soluciones para evitar el bloqueo actual.

-En estos ocho años de Salvados el programa ha ido evolucionando hacia temas de más interés social, no sólo político, y contenidos más arriesgados. ¿ A qué responde este cambio?

-Desde el primero al último programa de Salvados ninguno tiene nada que ver con el otro. Esta evolución que relata es cierta, pero ha sido así por pura casualidad. Nosotros no nos hemos propuesto ir cambiando de criterio, pero ha surgido así. Quizás porque el propio equipo, yo mismo también, hemos evolucionado.

-Después de 17 ó 18 años haciendo televisión, ¿queda algo de 'El Follonero' que salía en el programa de Buenafuente?

-No creo que quede mucho de 'El Follonero' ya, la verdad. Fue una etapa muy bonita, no renuncio ni hablaré jamás mal de aquello. De hecho, vivir aquella etapa me ha permitido poder hacer lo que hago ahora, que es realmente lo que me gusta. Pero ahora estoy en una etapa más importante profesionalmente, más personal.

-¿Qué ha sacado en claro como periodista en estas últimas dos décadas?

-Pues la verdad es que he aprendido un montón de cosas. Puede decirse que Salvados me ha nutrido mucho, me ha enriquecido, y no sólo como profesional del Periodismo, también como persona. Desde que me puse delante de una cámara han pasado muchas cosas, y el cúmulo de todas ellas me han llevado hasta aquí, a un momento en el que me encuentro muy a gusto delante de las cámaras. El nerviosismo del principio lo he dejado atrás, sí es cierto. Ya me pongo delante de las cámaras y casi no me doy cuenta. Supongo que es fruto de haber currado mucho delante de ellas; ya ni percibo que están.

-¿Cómo se hace para seguir siendo independiente con un programa con tanta audiencia como el suyo?

-Hombre, en un programa de televisión siempre se busca que te vea la gente, cuanta más mejor, claro. Trabajamos para la audiencia, no para nosotros mismos. Para hacer un buen programa no hay por qué renunciar a los contenidos que a priori son los más comerciales, porque son los más llamativos y demandados por los espectadores. La calidad y la independencia no tienen por qué estar reñidas con lo comercial. Vamos, que se puede hacer un programa comercial con contenidos interesantes, una cosa no quita la otra.

-En la segunda entrega de hoy ha contado que hará un 'consejo de ministros' en el que estará Esperanza Aguirre. ¿Qué otros temas tocarán esta temporada?

-Vamos a tocar temas que tienen mucho que ver con grandes empresas, tenemos ganas de saber qué hay detrás de una camiseta que vale cinco euros, por ejemplo. Hemos viajado a los países de origen, donde se fabrican, y visto cómo viven esas personas que trabajan en el sector.

-Vuestros programas suelen tener mucha repercusión, pero ¿cuáles han tenido una respuesta real por parte de los 'culpables' o protagonistas?

-El más evidente de todos fue el del metro de Valencia (Los olvidados), porque el caso se ha vuelto a abrir, tanto política como judicialmente. La entrevista de Jaume Matas o el de la capitana Zaida que hoy es diputado... eso creo que es un ejemplo de cómo con un programa puedes ayudar a algo.

-¿Se arrepiente de algún programa que haya hecho o cambiaría algo de ellos?

-Con temporadas de tantos programas no puedes estar contento con todos. A veces hay temas que no sabes para qué los tiras para adelante porque ves que no aportas nada. Pero así en general, le daría otra vuelta a todos los programas que hemos hecho del mundo del fútbol. Creo que no hemos conseguido demasiado. Es un mundo muy opaco, al que cuesta penetrar, y en muchos casos nos quedamos en la superficie.

-¿Cuál es el fracaso televisivo del que más ha aprendido?

-Yo he estado en muchos programas que no han chutado nada, los han quitado de la parrilla a las pocas semanas, y estás luchando por levantarlo y nadie te mira. Es duro pero también una lección de vida. Estuve de guionista, por ejemplo, en La última noche, un programa del Terrat que hicimos para Telecinco y me encantaba como programa pero se emitieron sólo cuatro o cinco, y no fuimos capaces de levantarlo. También otros en TV3 que no cuajar... Experiencias que me han servido mucho.

-¿Prefiere competir contra Los Gipsy Kings ahora el domingo mejor que contra El Xef?

-Es que hemos competido con todo ya. Intento no obsesionarme mucho con eso, ahora cualquier franja es difícil. A mí personalmente la competencia que más me podría asustar es la de Cachitos (La 2), que es un programa que yo veo y con devoción.