Toros

"Los males actuales de la Fiesta se solucionan con un toro de verdad"

  • Ha sido galardonado con la Medalla de Oro a las Bellas Artes Su singladura como ganadero de bravo comienza en 1960 En la década de los 80 se sitúa en la cima

El ganadero Victorino Martín (Galapagar, Madrid, 1929) continúa al pie del cañón a sus 85 años. Cuando su vida transcurre ya por los derroteros de la añoranza, de aquellos tiempos en los que compró una punta del encaste albaserrada para jugar a alquimista de la casta y lograr el milagro de un toro bravo con sello propio, le premian con la Medalla de Oro a las Bellas Artes, una condecoración para un hombre brillante, forjado en la lucha y en el arte de criar toros.

-Victorino, ¿qué supone este galardón?

-Es el galardón más importante de todos los que hay, por toda una vida dedicada a mi pasión como ganadero.

-Con el reconocimiento a personajes taurinos se está fortaleciendo la relación Toros-Cultura...

-Sí. El mundo del toro necesita ahora más ambiente y más apoyo que nunca. Tendría que estar más vivo en la sociedad. Eso es algo que echo de menos.

-¿Cómo es la corrida para la próxima Feria de Abril?

-Es una corrida con el tipo de toro que enviamos a Sevilla, con ese toro que gusta a la afición de Sevilla y que venimos lidiando en los últimos años.

-¿Apuesta en especial por algún toro?

-Es muy difícil saber qué toros van a embestir. Tenemos fe en todos. Luego, saldrá como Dios quiera.

-¿Cuántas corridas lidiarán este año?

-Unas dieciséis y lidiaremos prácticamente en todas las plazas donde habitualmente vamos, como son Madrid y Sevilla.

-¿En qué momento se encuentra su ganadería?

-Es una etapa muy buena. Ahí están los resultados, como los de la temporada pasada, en la que lidiamos varias corridas buenas, como la de Bilbao.

-Hasta llegar aquí, usted partió de cero como ganadero. ¿Cuáles han sido las claves de su éxito?

-Si he tenido éxito ha sido gracias al trabajo, la lucha, la afición y la suerte. De esta manera, surgió el milagro del triunfo.

-De las lidiadas por su hierro, ¿qué corrida destacaría sobre todas las demás?

-Pasados los años me doy cuenta de que el resultado no es por una corrida determinada. Esto no es de un día o de una corrida determinada. Todo lo que fui haciendo sirvió para marcar el camino.

-El momento más duro.

-Desde el punto de vista personal fue aquella cogida en la que un toro casi me mata. Me libré por muy poco. Me hizo el quite el de arriba, porque en todo interviene Dios. Aquello fue un accidente.

-¿En qué momento se encuentra la Fiesta?

-Ahora hay mucha mentira y poca verdad.

-¿Puede concretar?

-Los toreros no quieren lidiar las corridas de ganaderías en la que los toros salgan encastados, como sucede con la nuestra. Siempre lo he dicho a lo largo de los años: si el toro no existe, la Fiesta no sirve, no tiene valor y todo es negativo. Luego, hay también otras cosas que no se entienden, como que Televisión Española no dé toros como es debido. En los últimos años no ha retransmitido apenas corridas. Y otra de las cosas que estamos sufriendo es que la Administración tampoco se preocupa lo debido de la Fiesta. En el mundo del toro está ahora mismo todo demasiado enredado.

-¿Y hay alguna solución?

-Los toreros tienen que arrimar el hombro. Porque si sale el toro de verdad, lo que sucede en el ruedo interesa a todos y la Fiesta se viene arriba. Si esto no sucede así, la gente no lo ve claro. Los males actuales de la Fiesta se solucionan con un toro de verdad.

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