Toros

Bohórquez, único trofeo en su despedida de Sevilla

El jerezano Fermín Bohórquez, que actuaba por última vez en la plaza de la Maestranza sevillana, consiguió el único trofeo en una matinal de rejoneo con menos público del habitual y marcado por la lluvia y los paraguas.

Fermín Bohórquez ha dado al toreo de a caballo mucho. Pese a una sobriedad que algunos no entendieron -por supuesto, los grandes aficionados al caballo jamás tuvieron duda de su gran categoría-, el caballero jerezano siempre apostó por la línea clásica, con el añadido de un sabor campero en su monta que lo hizo exclusivo.

Así lo vivimos durante la década de los noventa, donde compitió con una generación de grandes rejoneadores. En la matinal de ayer, fiel a sí mismo -como dijo por lo que le gustaría que le recordaran en una entrevista en estas páginas- Fermín Bohórquez no se salió de su guión y galopó sin estridencias ni espectacularidad, para clavar en banderillas con acierto. Brilló en dos buenos pares a dos manos en una faena dedicada a los hermanos Peralta -Ángel y Rafael-. Rejón de muerte y vuelta al ruedo de Fermín Bohórquez emotiva en el adiós a la plaza de Sevilla, donde concretó tantas y tantas buenas faenas.

Joao Moura consiguió la faena con más entidad, con petición de oreja, que no fue concedida por la presidenta. Muy en la línea de la escuela portuguesa, Moura hijo toreó con gusto y temple y estuvo certero con las banderillas. Con un fuerte chaparrón se la jugó y se la jugaron sus cabalgaduras en una recta final peligrosa, en la que tuvo que cortar por el piso de plaza. Mató de rejón.

Leonardo Hernández solicitó que se acondicionara el ruedo. Al toro le faltó más motor. Labor desigual y a más, en la que cuando calentaba al público con cabriolas, tuvo que cerrar, bajo otro chaparrón, con las cortas y rejonazo. Afloraron pañuelos para una petición que quedó en una ovación.

Manuel Manzanares no tuvo suerte. Se resbaló en el trasteo y también lo hizo el toro. La labor, con el astado que acabó echándose, no pasó de voluntariosa. Saludó tras ovación y petición minoritaria.

De nuevo se habían cerrado los paraguas y salió el sol. El sevillano Luis Valdenebro, que dedicó su faena a Fermín Bohórquez, se las vio con un toro de Pallarés manejable. Labor correcta, destacando en los quiebros, tras la que dio una vuelta al ruedo.

La amazona francesa Lea Vicens, aconsejada por su maestro Ángel Peralta, concretó una labor voluntariosa que cerró con las rosas -creación de su maestro-. No acertó con el rejón definitivo y dio una vuelta al ruedo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios