Feria de san isidro

El gerenense Daniel Luque, única vuelta al ruedo, roza el triunfo

  • Ferrera, con oficio, y Abellán, sin cuajar al mejor toro, el segundo, se marchan de vacío.

El espectáculo de la decimonovena corrida de San Isidro no llegó a romper. La terna compuesta por Antonio Ferrera, Miguel Abellán y Daniel Luque no lograron trofeos tras lidiar cinco toros de Puerto de San Lorenzo -en los que prevaleció la mansedumbre- y uno, como sobrero bis, de José Luis Pereda, con movilidad, que sustituyó a un astado de la ganadería titular, que había perdido las manos.

Únicamente el sevillano Daniel Luque rozó el triunfo en el sexto toro, dando una vuelta al ruedo tras petición de oreja. El astado, un sobrero de Pereda, fue protestado de salida, aunque tenía trapío. El gerenense, esperado y apoyado por el público madrileño, realizó una faena a menos, que comenzó de manera prometedora, citando de lejos para dos series diestras cortas y con enjundia. En una tanda más el toro le enganchó en un par de ocasiones la franela y tanto la faena como el comportamiento del animal se vinieron abajo. Al tomar la muleta con la izquierda, el toro se paró y, sin ligazón, los muletazos quedaron en algunos naturales sueltos de calidad. Labor muy larga, con preciosos remates como una honda trincherilla, en la que el torero escuchó un aviso antes de entrar a matar, suerte que ejecutó bien, con una estocada soberbia de efecto fulminante. Al manso y huidizo tercero, Luque intentó sujetarlo en todo momento. Prevaleció el sentido de la lidia y sacó partido en un cierre junto a tablas. Luego, estuvo fatal con la espada.

Ferrera, en su segunda y última tarde, desplegó veteranía y oficio en su actuación. Al que abrió plaza, largo, con nobleza y un punto descastado lo banderilleó con eficacia, destacando en un par de poder a poder y en otro de dentro afuera. Trasteo con muletazos aislados de calidad. El cuarto, muy voluminoso y complicado, puso a prueba a Ferrera, quien prendió un segundo par de categoría. Faena técnica en la puerta de chiqueros ante el manso.

Abellán tuvo en suerte el toro más aprovechable del encierro, el segundo. Lo descubrió Luque en un quite por chicuelinas, abrochado con una larga vistosa. Un ejemplar hondo, que repetió tras la muleta, destacando el buen pitón derechazo. El madrileño realizó una faena larga y liviana por ambos pitones, sin llegar a conquistar al público, cuyo veredicto fue una división de opiniones. Con el imponente quinto -¡621 kilos!-, manso, aunque noblón, Abellán no quiso saber nada y cortó de inmediato su labor.

19ª corrida de la Feria de San Isidro. Ganadería: Cinco toros de Puerto de San Lorenzo -primero, tercero y quinto, cinqueños-. Dispares en hechuras, volúmenes y peso. En conjunto, deslucidos, predominando la mansedumbre; el mejor, el segundo. Y uno, como sobrero bis, de Pereda, también cinqueño, con trapío, movilidad y a menos. Toreros: Antonio Ferrera, de nazareno y oro. Pinchazo y estocada (silencio). Pinchazo y media (silencio). Miguel Abellán, de verde y oro. Estocada (división de opiniones al saludar). Estocada y un descabello (silencio). Daniel Luque, de verde y oro. Nueve pinchazos, pinchazo hondo y descabello (silencio tras aviso). Gran estocada entera (vuelta al ruedo tras petición y aviso). Incidencias: Las Ventas. Miércoles 26 de mayo de 2015. Casi lleno. Abraham Neiro El Algabeño saludó tras banderillear al sexto.

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