Antonio Ramiro Pérez, delantero sevillano conocido como 'Antoñito' y exjugador del Xerez y Sevilla, entre otros equipos, ha anunciado su retirada del fútbol una vez que ya ha terminado la temporada con su último club, el San Fernando CD, de Segunda División B.

"Una retirada a tiempo es una victoria", ha manifestado a Efe Antoñito, que cuelga las botas con 35 años y una carrera de once temporadas en el fútbol profesional, entre Primera y Segunda División, aparte de las dos últimas en las que ha militado en el Atlético Baleares y en el equipo isleño del San Fernando.

Antoñito (Sevilla, 1978) ha afirmado que "hay que saber cuándo retirarse" y también ha subrayado que "lo que te queda del fútbol son los ascensos y el cariño de las aficiones".

El delantero nacido en el sevillano barrio del Polígono de San Pablo logró cuatro ascensos a Primera División, con el Sevilla FC en la temporada 2000-01; el Recreativo (2001-02); el Real Murcia (2006-07); y el Xerez CD (2008-09).

En declaraciones a Efe, Antoñito ha destacado además de su dilatada carrera "las dos clasificaciones para la Copa de la UEFA" que consiguió de forma consecutiva con el Sevilla FC, en 2004 y 2005, así como "haber sido 'pichichi' del Racing de Santander", otro club con el que jugó en la máxima categoría en la campaña 2005-2006.

Criado en la cantera sevillista, en las dos últimas temporadas ha militado en Segunda B, primero en el Atlético Baleares y por último en el San Fernando.

Antoñito debutó con el primer equipo sevillista en la campaña 2000-2001, en Segunda, y ya al año siguiente en Primera, tras lo que fue cedido al Recreativo de Huelva en esa misma temporada 2001-2002, para volver al Sevilla en la 2002-2003 y permanecer en su equipo de siempre hasta la 2004-2005.

En la siguiente continuó en Primera, otra vez como cedido, en el Racing de Santander (2005-2006) y después pasó por el Real Murcia (2006-2007) y el Xerez (2007-2011), antes de jugar sus dos últimas temporadas en Segunda División B (At. Baleares y San Fernando).

En Chapín, Antoñito cayó de pie y desde el principio se ganó el respaldo de la grada y contó con el aliento de la afición, y es que el sevillano ha sido de los pocos futbolistas que últimamente en Jerez han justificado el precio de una entrada. Sus filigranas, jugadas de calidad, regates imposibles, toreo de salón, esconder el balón al defensa hasta darle la vuelta y volverle loco, asistencias imposibles, goles con toques suaves pero inalcanzables para el portero... Y Chapín coreaba '¡Qué bonitos, qué bonitos, son los goles de Antoñito!' cuando el Romario del Polígono calentaba, hacía virguerías, estaba desatado sobre el césped o brindando una de sus obras de arte en la suerte suprema del fútbol: el gol.