Xerez CD

En Guada 'sí se puede'

  • La afición agradece la visera del Fernández Marchán bajo un sol de justicia y se vuelca con los xerecistas, que responden con aplausos

Después de La Granja, Rota y Medina, en el Antonio Fernández Marchán de Guadalcacín encontró el Deportivo el camino del triunfo, con más fatiguitas de las deseadas pero victoria al fin y al cabo, que es lo que importa en esto del fútbol tal y como decía Luis: ganar, ganar y ganar... Y como los triunfos con sufrimiento se valoran más, de ahí vino el estallido de júbilo de los 350 fieles que se desplazaron a Guada al reclamo del Deportivo, penitencia en Semana de Pasión y en una temporada de calvario para la hinchada azulina, que al menos tuvo un respiro entre tanto flagelo de dentro y de fuera.

Y no es para menos, porque la rachita del Deportivo parecía la de Carlos Ríos en Segunda. Por eso con el pitido final los fieles entonaron el 'sí se puede', que atronó por la visera, respondiendo los futbolistas con aplausos. Más de uno, viendo lo arropado que estuvo el equipo en el tramo final por la grada, pensó que si el Xerez se hubiera ido a jugar a Guadalcacín en cuanto se quedó con los juveniles, otro gallo hubiera cantado. Al menos el fútbol se ve mejor a la sombra, y eso que hubo detalles que sobraron como el bote de humo que cayó al comenzar la segunda mitad y que hubo que retirar aprisa y corriendo. No aprendemos.

Pero no cabe duda que Guadalcacín arropa más al equipo con la cercanía de la gente, y buen ejemplo es el de Marco Figueroa con el lateral derecho del Cabecense, que trataba de amedrentar a Rubén hasta que el delantero azulino le envió un recado. Santa medicina aunque al delantero azulino hubo que aplacarle . Recado también hubo para Tebas, al que una pancarta irreproducible pedía el regreso a Segunda División.

Y en la grada, cánticos xerecistas que parecían olvidados y hasta palmas por bulerías. Mucho CD Guadalcacín en la grada -con el presidente Elías como anfitrión- y xerecistas deseosos de llevarse una alegría. Llegó en Jueves Santo, desde ayer más santo que nunca para el Deportivo. Aplausos desde la grada para premiar a los chavales y aplausos de los futbolistas para corresponder a la grada. Ya se echaba de menos con un triunfo

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