Xerez CD

Desastre en El Picacho

  • El Deportivo encadena la quinta derrota seguida y sigue sin sellar la permanencia Los de Mendoza, de más a menos, encajan los tres goles en una segunda parte para olvidar

Desastre en El Picacho. Del blanco, al negro. El Xerez pasó del todo a la nada frente al Algaida y encajó su quinta derrota consecutiva. Los pupilos de Jesús Mendoza no consiguen levantar el vuelo, atraviesan un pésimo momento de juego, están cogidos con alfileres, su moral es de cristal y no logran cortar una racha que les está conduciendo a la zona media-baja de la clasificación.

Los sanluqueños fueron superiores a los xerecistas en la segunda mitad y no dieron tregua a un conjunto desconocido, que ha perdido casi todas sus señas de identidad, esas que le llevaron durante algunas jornada a soñar con luchar por dar el salto de categoría, y que a las primeras de cambio se derrumba como un castillo de naipes al que le sacan una de las cartas estratégicamente colocadas.

Al más puro estilo 'doctor Jekyll y mister Hyde', pasó de tener opciones de hacer daño al Algaida y de cortar su dinámica negativa a ser un equipo vulnerable, fallón , previsible y sin argumentos ni en ataque ni en defensa.

El arranque del partido no tuvo nada que ver con el triste desenlace porque en el primer tiempo si hubo un equipo que mereció marcar ese fue el Deportivo. Tuvo más oportunidades y mucho más claras pero otra vez demostró que está totalmente reñido con el gol. A los azulinos se les hace de noche cada vez que pisan el área y necesitan cuarenta ocasiones para marcar una y a veces ni eso. Y claro, cuando se perdona tanto lo normal es que el rival no lo haga y te termine machacando.

No obstante, a estas alturas, la falta de gol no es el único problema del conjunto xerecista, al que le falta frescura. Blanco y Alberto son una sombra de lo que eran en la medular, la pelota no circula con la rapidez que debería hacerlo, Alberto Gil también ha perdido la chispa que tenía antes, Quirós siempre lo intenta y destaca pero le cuesta ser el de antes de la lesión y el técnico también sigue apostando por jugar con la defensa demasiado adelantada. Ayer, Jero Osorio supo leer muy bien el encuentro en el descanso y no dudó en ordenar a sus pupilos que tratasen de sorprender a los xerecistas atacando ese punto débil. El habilidoso Pablo, un puñal por su banda, se convirtió en su verdugo, al anotar los tres tantos de su equipo.

Paquito, que tuvo que abandonar el terreno de juego tras aguantar bastantes minutos totalmente mareado después de chocar con un contrario y recibir un fortísimo golpe en la cabeza bien avanzada la segunda parte, tuvo la primera oportunidad de una calurosa mañana. Se quedó solo ante el meta Adri pero con todo a favor mandó la pelota fuera, aunque luego el árbitro invalidó la acción por un fuera de juego inexistente (10'). A renglón seguido fue Quirós el que probó fortuna, pero su lanzamiento abajo y fuerte lo detuvo el meta local en dos tiempos. La primera ocasión para los rojillos fue para Óscar Silva, que remató alto un buen servicio de Pablo (20').

Israel, que volvía al once tras cumplir su sanción, también estuvo cerca de abrir la lata (24') con un trallazo con efecto que se le marchó rozando el larguero y Alberto, un minuto más tarde, llevó la desesperación a la afición azulina. El centrocampista, con todo a favor para marcar, se entretuvo y dio tiempo a los defensas rivales a rodearle y a dificultarle el disparo tras un centro de Alberto Gil. Aún así, lo logró pero la pelota se le marchó fuera y Quirós, que venía desde atrás, no pudo llegar a tiempo de empujar el balón.

Pero aún hubo más. A la media hora, el guardameta Adri cogió el balón con las manos fuera del área. La falta lateral tocada por Alberto atrás también creó problemas a los de Jero Osorio, que vieron como una escapada de Paquito (37') tuvieron que mandarla a saque de esquina y como en el 42', ni Alberto ni Paquito aciertan a fusilar a Adri.

La segunda parte fue otra historia totalmente diferente. Las ideas del Deportivo se quedaron en la caseta y a las primeras de cambio no pudo evitar el 1-0 en una jugada en la que los jugadores reclamaron fuera de juego de Pablo. El extremo aprovechó su velocidad en un balón largo para batir por bajo a Miguel (48').

El gol hizo muchísimo daño a los xerecistas, que ya no fueron capaces de levantar cabeza. A partir de ese momento, desaparecieron de un plumazo todas sus opciones de hacer daño a un rival que no necesitó mucho más para romper el empate inicial.

A la hora de juego, Pablo estuvo cerca de hacer el segundo tanto del Algaida y el segundo gol de su cuenta particular. Alberto también pudo anotar pero volvió a fallar en el 62' y en el 66', un cabezazo de Álex rozó el larguero tras un saque de esquina lanzado por Antonio Blanco.

La puntilla llegó en el 68'. Pablo enganchó la pelota tras un centro desde la izquierda y sin dejarla caer la colocó en la escuadra de la meta de Miguel. Y sin tiempo para celebrar la obra de arte de Pablo, el tercero, también de Pablo, que cerraba la mañana con un hat-trick (69').

Con el 3-0 y el Xerez roto, llegó el gran susto para Paquito, que pasó por el hospital tras el partido y le confirmaron que no tiene nada, sólo las secuelas del fuerte golpe que recibió en la parte posterior de la cabeza. Lo mejor, que ahora toca jornada de descanso para recuperar fuerzas y aclarar las ideas.

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