Xerez CD

La doble angustia de Paquito

  • El ariete xerecista se recupera del fuerte golpe que recibió en la cabeza en El Picacho y asegura que "duele bastante más la derrota que el cabezazo, no merecemos esta racha"

Todo ha quedado en un susto. Un gran susto. Porque el gesto que se dibujó en el rostro de Paquito, delantero del Xerez, cuando chocó con un jugador del Algaida el pasado sábado en El Picacho fue de auténtica angustia y de auténtico desconcierto. El punta no llegó a perder el conocimiento pero permaneció durante bastantes minutos mareado hasta que su cuerpo le dijo basta. Tras el partido, pasó por el hospital, le realizaron varias pruebas, entre ellas un TAC, y quedó descartada cualquier tipo lesión. El xerecista respiró muchísimo más tranquilo pero no oculta que se asustó y asegura que pasó una mala noche, con bastante dolor y muy incómodo.

Paquito, una vez recibido el golpe, se recuperó a duras penas después tras ser atendido en la banda y volvió al terreno de juego pero tuvo que terminar pidiendo el cambio porque "no venía nada, sólo un punto negro y, encima, salté después del golpe un par de veces más de cabeza y preferí irme a la ducha para evitar que todo se complicara, cada vez veía menos. No me acuerdo de lo que pasó después de chocar" pero sí cómo fue la jugada: "Iba mirando el balón de cara y no me di cuenta de nada, salté a por él y noté como un contrario me daba en la parte posterior de la cabeza pero ya no recuerdo nada más. Mis compañeros me han contado luego que se asustaron bastante y que incluso Toni, que tiene un fuerte esguince de tobillo y no puede correr, saltó al campo desde el banquillo para comprobar qué me había pasado porque el golpe sonó bastante. Algunos futbolistas del Algaida, con los que jugué el año pasado, también me han llamado para preocuparse por mí y se lo agradezco, se portaron fenomenal ".

Sobre el partido, el punta advierte que "no encuentro explicación a lo que nos sucedió. Hicimos una buena primera parte, tuvimos ocasiones pero perdonamos y en la segunda todo se complicó muy pronto. El partido fue un poco el reflejo de lo que nos está sucediendo en el último mes de competición. No nos sale nada, nos metemos una presión extra, pese a lo que nos dice el míster, y lo acabamos pagando caro. Creamos oportunidades pero no las materializamos y cualquier rival nos hace daño con dos veces que nos llegue. Nos están machacando los fallos que cometemos tanto en ataque como defensa. Duele más la derrota que el cabezazo porque el equipo no se merece lo que le está pasando. Entrenamos bastante bien, fuerte, con muchas ganas y llega el día del partido y no somos capaces de plasmarlo en el campo".

"Tenemos -añade- muchísimas ganas de romper esta dinámica, todo es cuestión de ganar o de empatar un partido para que quede atrás, tenemos que soltarnos e intentar jugar al fútbol como lo hacíamos antes. Creo que hasta a nivel individual hay cosas ahora que no nos atrevemos a hacer y antes nos salía todo. Este equipo ha demostrado que no es malo, ha estado luchando por la parte alta de la clasificación durante muchas jornadas".

También admite el ariete que "la racha es lógico que nos está afectando, estamos cabizbajos, tocamos anímicamente y no nos acabamos de creer esta situación. La permanencia la tenemos casi conseguida pero queremos ya ganar un par de partidos para que sea matemática y evitar cualquier tipo de sobresalto final que no creo que llegue. Nos da mucha rabia la situación porque de haber ganado un par de partidos más, por los resultados que se han dado, podíamos estar ahí".

El futuro se lo toman con paciencia. "Nosotros no somos profesionales del fútbol y dependemos de nuestro trabajo, así que aún no sé que puede pasar. Si estoy trabajando y no puedo compatibilizar los horarios, no podré seguir pero si lo puedo hacer y el míster cuenta conmigo, yo estoy encantado de echar una mano al Xerez, que no merece lo que le está pasando. Si esto sigue adelante, ojalá cambien algunas cosas, como los horarios de entrenamientos o también que tengamos menos problemas con los campos. Las condiciones en las que estamos trabajando no son nada fáciles, todo lo contrario. Si la gente las conociera, seguro que nos criticarían tanto".

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