Israel, uno de los capitanes del Xerez, pieza clave en en el once de Vargas y autor de uno de los dos goles del ascenso ante el Rota, medita colgar las botas. El centrocampista se siente perfecto físicamente y tiene muchísimas ganas de seguir jugando pero sus obligaciones laborales y familiares pueden dejarle sin disfrutar de una categoría "que va a ser muy bonita y a la que hemos conseguido llegar con muchísimo esfuerzo".

El azulino, que no ha podido asistir a ninguno de los actos para celebrar el ascenso a División de Honor a los que ha sido invitado el club por culpa de la varicela, destaca que "hace ya casi un mes del ascenso y lo seguimos celebrando y recordando como si hubiese sido ayer. De verdad, fue algo increíble. Durante toda la temporada tuvimos que sufrir muchísimo por los motivos que todo el mundo sabe, nos costó la misma vida salir a competir, tuvimos que luchar contra todo y contra todos, así que cuando subimos había que celebrarlo a lo grande. Sufrimos no hasta el último minuto, hasta el último segundo. Sabíamos que el ascenso pasaba por ganar al Rota en La Canaleja porque con la semana de Feria por delante iba a resultarnos luego muy muy difícil subir en la última jornada en Valverde ante la Olímpica teniendo en cuenta que ellos a ese partido hubiesen llegado también con opciones de ascender. Cuando Juanma marcó en el descuento el subidón fue tremendo".

El Xerez cerrará la temporada oficialmente el próximo 5 de junio en el Fernández Marchán de Guadalcacín, a partir de las doce, en un amistoso ante los veteranos del Sevilla, un partido que "quiero jugar y que espero sea una fiesta para todos los xerecistas. Ojalá se llene el campo para que todos podamos disfrutar y podamos volver a celebrar el ascenso, esta vez sin la tensión ni los nervios de aquella noche. Será bonito enfrentarnos a futbolistas que han pasado por el Xerez y han dejado huella, como Antoñito, y a otros veteranos que han sido importantes en el fútbol español. Será una bonita forma de despedir una gran campaña".

Y a la hora de hablar de despedidas, a Israel le encantaría "seguir jugando, tengo 33 años y no tengo ganas de dejarlo pero son muchos aspectos los que tengo que valorar. En estos momentos, no podría asegurar ni que voy a seguir ni que voy a dejarlo. Además, todavía nadie ha hablado conmigo para decirme que intereso o no. A mí me encanta el fútbol, estoy en mi equipo desde que era un niño y más no puedo pedir pero el nivel de exigencias a todos los niveles van a subir el próximo año. Los equipos van a ser mejores, los desplazamientos son más a largos y tendría que dedicar a los entrenamientos un tiempo que no sé si voy a tener. No sé qué pasará, aunque seguro que a medida que se vaya acercando el inicio de temporada, si cuentan conmigo, mis compañeros me animan, me puede el gusanillo y continúo".

Todo ello, lógicamente, si el equipo al final salir a competir, algo en lo que cree el centrocampista azulino. "Después del ascenso, pienso que todo el mundo hará un esfuerzo a nivel económico para no perder la categoría tan bonita a la que hemos logrado acceder. Salvo que los temas institucionales lo impidan, soy optimista".