Pepe Ravelo, presidente azulino, tras las explicaciones ofrecidas el pasado miércoles, en primer lugar quiso pedir perdón por sus declaraciones, que no se ajustaron a la realidad, para pasar luego a ensalzar el papel de Orúe en estas dos temporadas en el club.

El mandatario azulino, al borde de las lágrimas, apuntó: "Me quiero salir del guión y pedir perdón por lo que sucedió el miércoles. Fue desagradable y el único culpable soy yo. Soy un poco cabezota, mi jefe de prensa me dijo que sólo contestara a las preguntas del Campus pero no lo hice, me equivoqué y con lo que dije quedó claro que Orúe no iba a seguir. Yo era el encargado de comunicárselo al entrenador y así lo hice nada más salir de aquí. Luego, ya lo comunicamos a todos. Metí la pata hasta el fondo porque primero hablo de respeto hasta que se recupere y luego lanzamos el comunicado. No pretendía hacer daño a nadie y pido perdón otra vez . Yo por mi club voy a hacer lo que haga falta".

En cuanto al cese, resaltó que "ha sido un orgullo y un privilegio contar durante dos temporadas con un entrenador profesional como Carlos Orúe, que ya ocupa un importante lugar en la historia del xerecismo, pero, por desgracia, había un grave problema en el vestuario del primer equipo y la junta directiva no podía quedarse de brazos cruzados. Quizás lo más sencillo hubiese sido mirar hacia otro lado teniendo en cuenta la calidad futbolística que existe tanto en la plantilla como en el cuerpo de entrenadores. Los resultados deportivos hubiesen seguido siendo buenos pero la realidad es que la tensión era máxima pero había problemas diarios y el ambiente era irrespirable. Intentamos en su momento apagar esos pequeños incendios pero no pudo ser, todos estos conflictos han terminado produciendo un tremendo desgaste en las relaciones entre jugadores y técnicos. Hemos oído a todas las partes y ha sido la decisión más dura que hemos tenido que tomar desde que comenzó el mandato. Me hubiese gustado que todo se hubiese solucionado a nivel interno pero las filtraciones han enturbiado y dificultado mucho el proceso".

Además, sentenció: "Como ya he comentado, el motivo ha sido un grave problema de convivencia existente entre técnico y jugadores pero es absolutamente falso que los jugadores hayan solicitado que el club prescindiese de los servicios del entrenador. Hemos mantenido reuniones con todas las partes implicadas y luego hemos tomado la decisión. Los jugadores no han sido los que han tomado la decisión. A partir de ahora, nos gustaría cerrar este capítulo y tener presente que se toma porque por encima de todo está el Xerez DFC. Hay que volver a mirar con optimismo el futuro, el club debe seguir creciendo y trabajando para lograr las metas marcadas. Nos dejaron un club con seis meses de vida, ahora tiene dos años y cada día esto va a más".

Por último, confesó que "nos une un sentimiento, todos nos marcharemos pero el club seguirá. Aquí los que deciden y seguirán decidiendo serán nuestros socios. A nosotros nos gustaría irnos en Tercera, con la cantera funcionando y demostrando que hay gente de calidad y que la cantera no es un bluff. La parte deportiva siempre ha funcionado perfectamente y nos parecía que no podían suceder cosas, de ahí que en ningún momento nos esperábamos algo así. Yo no baje el día del ascenso al vestuario y me llevé una reprimenda de mis directivos y de mi hijo, sólo lo haré cuando estemos en Tercera ".