La crítica · Sala Paúl

Juventud, divino tesoro

Por suerte, el Festival de Jerez es una muestra que no sólo acoge a las grandes figuras del baile, el cante y el toque flamenco, o los mejores bailarines de la danza española, sino que tiene siempre como objetivo dar a conocer a nuevas promesas, a los que están empezando en el difícil mundo del arte.

A estas alturas, cuando quedan unas horas para que esta vigésimo edición llegue a su fin, podemos hacer un pequeño balance en relación a los intérpretes más jóvenes que han pasado por los distintos escenarios, y es importante destacar la calidad que han mostrado en las actuaciones. Esto implica y da a entender que el Festival tiene un futuro sólido en cuanto a artistas se refiere. Esto no se acaba.

Y gran parte de culpa la tienen las academias y centros especializados en formar a jóvenes inquietos para hacer de ellos grandes figuras. Una de las más importantes, por cuanto número de alumnos y calidad del apartado docente presenta, es la Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco. Esta escuela internacional edificada en Sevilla hace veinte años ha conseguido agrandar la familia flamenca considerablemente.

Ayer se pudo comprobar en la Sala Paúl, en una doble sesión, la primera a las doce de la mañana y la segunda a las cinco, el talento de diez bailaoras que expusieron todos los conocimientos adquiridos en estos últimos años con una calidad notoria. Presentaron una obra titulada 'Eclosión', dividida en tres grandes bloques bien diferenciados y en el que se apreciaron las distintas disciplinas técnicas del baile flamenco. Desde el manejo del mantón hasta la bata de cola, pasando por la expresión más racial con delantal incluido.

Iniciaron la actuación por petenera con las voces de Javier Rivera, Vicente Gelo y Manuel Moreno. Llevaron a gala los estilos que pusieron en práctica Milagros Mengíbar y Javier Barón, dos de los maestros que han pasado por la escuela en estas dos décadas. El cuerpo de baile mostró grandes dotes, con una puesta en escena sencilla pero de muy buen gusto. Se apreció también la mano de Luisa Palicio, Premio Revelación 2015 del Festival de Jerez, en la dirección artística y coreográfica.

En los tientos y tangos de Triana se soltaron la melena con elegancia y sacaron sus lados más flamenco. En el número por cantiñas volvieron a la sutileza desde un punto de vista clásico.

Baile

Eclosión

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