· Andalucía es espejo de España, y Griñán debe saberlo· Montilla, Barreda y López se distancian de Zapatero

José L. García Del Pueyo

¿Un fin de ciclo inevitable?

DESDE el comienzo de la democracia, en el resto de España se han referido a Andalucía, desde la óptica política, como el granero del PSOE, ya que la otra gran comunidad autónoma en población, que es Cataluña, no era tan fiable para los intereses socialistas por la importancia del voto nacionalista. Una victoria en Andalucía casi aseguraba la correspondiente en España. Pero la situación parece que apunta al cambio y según las encuestas publicadas -y no sólo la del Barómetro Joly- el vuelco electoral podría ser de tal envergadura que facilitaría la entrada de Mariano Rajoy en La Moncloa con una mayoría absoluta muy holgada. El Barómetro Joly indicaba en la ola del 28-F del año pasado un empate técnico y en la correspondiente al 28-F de 2009 una ventaja del PSOE sobre el PP de 7 puntos. ¿Es creíble que ahora a los dos años el cambio de tendencia sea de tal importancia que el PP supere al PSOE en 10 puntos y apunte a la mayoría absoluta? ¿Es creíble que el PP, la derecha, ganara unas elecciones en nuestra región? Sí que lo es, o al menos así lo piensan los andaluces, que en un 40% de los encuestados consideran que el PP ganaría hoy las elecciones autonómicas, siendo destacable que el 28,6% de los que votaron al PSOE en 2008 también lo cree (y es la primera vez desde el otoño de 2008, en que empezó a hacerse el Barómetro Joly, que esto sucede).

En Andalucía parece haberse instalado la creencia que el ciclo del PSOE ya ha terminado tras más de 30 años de hegemonía, pese a su importante base social. Las ilusiones del pasado se han encontrado de frente con la actualidad de los hechos. En el Barómetro se ha visto que el nivel de los insatisfechos con la vida en Andalucía es el más alto de la serie histórica de esta investigación, que la situación económica es mala para el 79,4% de los encuestados, y que dentro de un año será peor para el 27,6%. La altísima tasa de paro -evidentemente señalado como el primer problema de la región por el 83% de los encuestados- no apunta a que disminuya y con el paso de los meses todos estos datos jugarán en contra de los intereses del PSOE, que aún siendo el partido que más "simpatía" despierta entre los andaluces (dato importante para calcular la intención de voto), pierde de forma acelerada la ventaja que le sacaba al PP. Ahora bien, ¿coincidirán las elecciones generales con las autonómicas? Nadie lo puede saber ya que todo dependerá de lo que pase el 22 de mayo y cómo evolucione la Economía y las consecuencias que pueda tener para la población. Pero el Barómetro nos ha aportado también otro dato muy importante en clave de política nacional: José Luis Rodríguez Zapatero es un lastre para el PSOE en Andalucía, ya que -aunque sea difícil de creer- casi el 50% de quienes lo votaron en 2008 podrían retirarle su apoyo, como se ha visto en el análisis realizado en los diarios del Grupo Joly, y el efecto Rubalcaba no sería suficiente para evitar la derrota. ¿Y si no coincidiesen las elecciones generales con las autonómicas? Pues también sería un escenario difícil para el PSOE ya que, aunque se eliminase el comentado lastre nacional, la abstención podría aumentar entre los andaluces por su conocido desafecto hacia la política regional y la precaria situación en la que el paro se encontrará dentro de un año, ya que el sector de la construcción seguirá muerto y no hay otros capaces de absorber el excedente de mano de obra. Entonces veremos si las encuestas estaban en lo cierto o no. Para gobernar en Andalucía el PP debería ganar por mayoría absoluta o buscar entre los restos del PA un posible aliado, pero si no lo consiguiese y hubiera coincidencia entre las dos citas electorales, Mariano Rajoy le debería gran parte de la Presidencia del Gobierno de España a Javier Arenas y su equipo, porque el granero habría saltado por los aires. La política regional está y seguirá desaparecida, la partida se juega en clave nacional y el PP de Andalucía va a tener un destacado rol.

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