Urgente Afligidos suspende su salida este Jueves Santo en Cádiz

Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Se le pone a uno la piel de gallina cuando Educación proclama alto y claro que su "prioridad" es la escuela pública. Lástima que no enfoque bien el objetivo. Primero dice que no concertará más centros privados y luego que seguirán los que sean necesarios, más allá de que ningún estudiante escolarizado perderá su sitio. Por si las moscas, la concertada ha cerrado filas ante el temido recorte de plazas, lo que ha llevado a la Junta a modular su discurso porque no abrirá otro frente de imprevisibles consecuencias, vista la movilización. Por lo pronto ha dicho que Cádiz sólo perderá una unidad de tres años porque en la práctica los colegios concertados no dan abasto. En cambio en la pública se han cerrado infinidad de aulas en los primeros tramos de tres a seis años, lo que ha llevado a Marea Verde a exigir un compromiso férreo de la Administración.

Lo primero que tendría que hacer la Junta es atacar la raíz del problema y éste no es económico, más bien de organización. Al Estado le cuesta una plaza de un niño 6.000 euros en la pública y paga la mitad a los privados. Por tanto, cortar lo que funciona no tiene sentido si antes no se fortalece la pública. Le iría mejor si averiguara por qué tantas familias prefieren la concertada, algo que no responde a un repentino ataque de vocación cristiana, como confirmaría una simple encuesta, sino que apunta a la calidad de la enseñanza, a los valores en general y a un ambiente académico más atractivo y seguro con vistas al futuro. Frente al prestigio de la sanidad pública, que pese a los conflictos sigue aún en pie, el de la enseñanza pública ha caído en picado y negarlo es absurdo. Ojo porque la responsabilidad es de todos: nos movilizamos antes por un equipo de fútbol que por servicios básicos que navegan en la miseria. Y claro, nos parece normal que por no dotar a los alumnos de la formación adecuada, luego la Administración se vea obligada a ayudarles con ingentes cantidades de dinero. Si repasáramos los índices de fracaso escolar obtendríamos alguna clave del problema. Por no hablar de los informes Pisa. Si en vez de cuestionarlos, Educación atendiera a sus conclusiones, saldríamos de la cola y mejorarían nuestros sistemas educativos.

Un sinfín de grandes empresarios que han levantado empresas modélicas le deben su triunfo a su olfato y determinación. Si hubiesen contado con una educación de diez habrían alcanzado cotas aún más altas. Ya se está trasladando un esfuerzo con los idiomas y ése es el camino. Porque hasta ahora, nadie salía de las aulas sabiendo hablar un idioma, aunque fuese mal. Para consolarnos, decimos que la mejor universidad es la de la calle, pero no es así. Hoy no existe una buena preparación académica para los retos que se presentan. Los grandes profesores abundan, pero cuando uno termina los estudios, no parece que sepa lo suficiente cuando el mercado no le lanza ofertas de empleo. Abogados, enfermeros y maestros, por citar tres ejemplos, tenemos hasta empachar, pero sólo empleamos a una tercera parte de los que salen de la facultad. Lo increíble es que no se corrigen los errores después de tantas denuncias e informes. Y la Junta dará la nota si piensa que la calidad volverá a la enseñanza pública sólo recortando en la concertada.

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