Cultura

La heredad perdida

  • 'Conversación en Sevilla'. Vincenzo Consolo. La Carbonería. Sevilla, 2015. 70 páginas. 12 euros.

Se recogen aquí, en magnífico breviario, las conversaciones mantenidas por Vincenzo Consolo en la Universidad de Sevilla con motivo del homenaje que se le tributó por su 70 + 1 cumpleaños. A la transcripción de dichas intervenciones, revisadas por el propio autor siciliano, cabe añadirle el extracto de una entrevista concedida al programa Autorretratos, así como el relato que cierra este volumen, Las grandes vacaciones oriental-occidentales, y que resume, de algún modo, la penetrante visión histórica y social que se desprende de su obra.

De estas conversaciones, pues, se infiere una doble vocación, cuyo nexo común es su carácter cívico: en Consolo, la presencia de la Historia, expuesta con una poderosa y fértil erudición, viene en servicio de un ideal ilustrado. Un ideal, por otra parte, que pretende tanto la formación del ciudadano actual, ayuno de conocimientos históricos, como el recuerdo de quienes, partícipes de la Historia, no figuran en el friso de los grandes nombres. En este sentido, y recordando a los canteros de la Magna Grecia, dice el autor: "Y pensar en la fatiga, en las muertes..., en el esfuerzo de aquellos hombres construyendo para otros, para todos, para nosotros, para quienes vendrán, toda esa belleza". Queda claro, en esta breve cita, cuál es la aventura intelectual y la urdimbre literaria de Consolo. Una aventura que lo emparenta con su maestro Sciascia, y que lejos de ser una mera arqueología, trata de allegar a nuestra época la profundidad histórica que nos conforma. No en vano, en dicha vivificación tiene un lugar preeminente el uso de dialectos que la unificación italiana orilló en el XIX, como en el caso de Alemania, por una perentoria necesidad política.

Al fondo, en todo caso, resuena la voz y la poesía de Homero. Si Goethe enmudeció ante la tosquedad de las ruinas de Paestum, y sólo más tarde comprendió la radical sencillez de sus líneas, en Consolo se quiere evidenciar el trayecto que nos lleva desde los días de Pericles a los palacios barrocos, y desde el XVIII de Beccaria a las migraciones del XX. Se quiere restituir, en suma, la Historia a sus legítimos herederos, hijos extraviados de Ulises, navegantes de un viejo mar, cruzado por sirenas.

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