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Antoñito evita el siniestro

  • Otro triunfo agónico Marcó en el 92’ un golazo que permite a los azulinos seguir soñando y encadenar 4 victorias en casa Desventaja recortada El Deportivo ya iguala a 4º y 5º por la cola, Albacete y Córdoba

Antoñito tenía que ser. No estaba Yordi, pero apareció el ‘Romario del Polígono’ en el momento que más le necesitaba el Xerez  y cuando él ya no podía ni con las medias porque se disputaba el tiempo de descuento. Chapín volvió a vivir una fiesta en el último suspiro y se libró de sufrir  lo que llevaba camino de convertirse en un siniestro casi total, si se tiene en cuenta la forma en la que se desarrolló el partido y el resto de resultados de la jornada.

El tanto del sevillano, un golazo tras una jugada no menos impresionante iniciada por Momo y secundada por Abel Aguilar con un cambio de orientación de cine, dio vida a un Deportivo que se desangraba ante un Tenerife que fue de menos a más pero que tampoco hizo méritos como para haberse llevado botín alguno de Jerez.

El Xerez, que encadenó su cuarta victoria seguida en casa y su séptima jornada sin perder, se ha colocado ahora mismo en una situación envidiable, con los mismos 37 puntos que tienen tanto Albacete  como Córdoba, que son cuarto y quinto y por la cola.

El partido comenzó con menos intensidad de lo habitual, a pesar de lo mucho que había en juego. Los azulinos parecían contagiados del ritmo lento de los tinerfeñistas y hasta el minuto nueve no le vieron la cara a Raúl Navas. Pablo Sicilia cuando se caía despejó a ras del suelo con la mano un balón que intentaba rematar Antoñito. Rodado Rodríguez interpretó que no hubo intención en el defensa y resolvió la jugada señalando saque de esquina.

Cuando más feo se ponía el panorama porque el Tenerife despertaba de su letargo a base de la lucha de Arruabarrena, que finalmente fue titular, y Nino, Carlos Calvo, que también tuvo que salir de inicio en el Deportivo por la baja por gastroenteritis de Pedro Ríos, abrió la lata con un poco de fortuna (24’). El ex del Alcoyano se encontró con un balón suelto en la frontal del área tras un saque de esquina botado por Viqueira y con la ayuda de un defensa, logró batir a Raúl Navas.

Lo más difícil ya estaba hecho. El Tenerife no reaccionó al golpe azulino y mantuvo su mismo nivel, se mostró espeso y como si la película del ascenso le quedara muy lejos, frente a unos xerecistas que en el minuto 40 tuvieron la sentencia. Aythami, totalmente solo, remató de cabeza flojo a las manos de Raúl Navas otro saque de esquina lanzado por Viqueira.

Moreno avisó nada más arrancar la segunda parte, al controlar un balón con el pecho, dejarlo caer y pegarle con la izquierda de cine, pero otra vez el meta canario estuvo atento y despejó el lanzamiento del capitán como pudo entre una maraña de jugadores.

El 2-0 estuvo a punto de anotarlo Viqueira con una falta en la frontal del área, algo escorada a la izquierda, que lanzó con maestría el gallego pero Raúl Navas voló literalmente para meter la mano y evitar que el balón se colara por toda la escuadra.

Oltra le vio las orejas al lobo tras las dos oportunidades de los azulinos y arriesgó con las bazas  ofensivas que tenía en el banquillo. Sacó del campo a Clavero e Iriome y apostó por Santos y Cristo Marrero y cambió su dibujo táctico, ya que se quedó con tres centrales. Y sus variantes le dieron pronto resultado porque Santos, cuando sólo llevaba cuatro minutos en el campo, no perdonó, al resolver con calidad casi en el punto de penalti un lanzamiento de esquina de Ayoze.

Y lo peor del caso es que en el minuto 76, Arruabarrena, completamente solo en el área pequeña, remató de cabeza algo cruzado ante un Porato que nada hubiese podido hacer par evitar que el balón entrara. Hubiese sido un castigo inmerecido.

La recta final fue un calvario para los azulinos, tremendamente cansados por el esfuerzo realizado y con un Esteban que no se atrevía a realizar un segundo cambio, tras sacar a Míchel por Viqueira.

Pero el duende de Antoñito apareció. El sevillano anotó un bonito gol y se volvió loco de alegría, lo mismo que sus compañeros y la grada. Todos hicieron una piña en Fondo Sur. Se repitió la historia del derbi y también el mismo resultado y todo a pesar del nefasto Rodado Rodríguez.

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