El Arcos tiene esta tarde la oportunidad de romper la mala racha que le mantiene en los puestos grises de la tabla. Enfrente va a encontrarse con un rival al que le avala su extraordinaria quinta posición en el campeonato, pero que llega a Arcos tras caer derrotado en los dos últimos compromisos, aunque es de recibo señalar que perdió ante dos 'colosos' de la categoría: Villanueva y San Fernando. No es el caso de la escuadra arcense precisamente, porque si bien es cierto que también ha caído en las dos últimas contiendas, lo ha hecho en casa frente al Cádiz B y en el domicilio del Cerro del Águila, ofreciendo una decepcionante imagen ante los cadistas e impotencia futbolística contra los sevillanos.

El entrenador local, Ángel Oliva, ha trabajado durante la semana con todos los efectivos disponibles, circunstancia casi inédita en lo que se lleva de liga. Sin ir más lejos, es el caso de Javi Moreno, que hasta hace poco andaba vestido de calle en los entrenos a la espera de curarse de su lesión. El jerezano es una de las noticias gratas puesto que vuelve a una convocatoria después de haberse pasado sin jugar todo el mes de diciembre y algo más, ya que fue el dieciocho de noviembre frente al Sevilla C cuando jugo por última vez y resentirse del recto anterior a los pocos minutos de entrar en el campo. En principio todo apunta a que no jugará de inicio y esperará su momento en el banquillo.

Aunque no haya lesionados en el Arcos, sí que hay dos jugadores sancionados: el centrocampista Benjamín y el jugador de banda derecha Abel Calatayud. La doble ausencia da pie a distintas alternativas a otros jugadores que no fueron titulares en Sevilla, como Guti, David Ávila y Nico. Se quedan fuera de la lista Vito, Juan José y Casillas.

Lo sucedido en la última cita en el Barbadillo, con un sector del público increpando duramente a técnico y jugadores, añade un punto más de inquietud y preocupación en el seno de la plantilla arcense, que tiene que dar el todo por el todo para recuperar el favor de sus seguidores y tratar de regalar a la afición tres puntos decisivos para enmendar pasados yerros y reencontrarse con el calor de la grada.