El Cádiz B no solo dejó ayer su regreso a categoría nacional pendiente únicamente de sellarlo matemáticamente sino que además multiplicó sus opciones de hacerlo proclamándose campeón del grupo I de División de Honor Andaluza. Los pupilos de Mere saltaron al campo deseosos de quitarse la espina que les clavó el Ciudad de Lucena en su anterior compromiso como anfitriones y la pura realidad es que lo lograron con creces.

Los amarillos cuajaron una actuación digna de aplauso pero también es cierto que sacaron provecho de la excesiva cautela de un adversario que desaprovechó el fortísimo viento a favor con el que contó durante el primer tiempo. El conjunto de Puente Genil se dedicó simplemente a verlas venir antes del descanso, confiado en que llegar a este con las tablas iniciales suponía acariciar la conquista de un punto en feudo del líder.

Pese a que la levantera en contra le obligaba a combinar a base de pases muy cortos, el Cádiz B llevó las riendas del choque en un primer periodo escasísimo en peligro para ambas porterías. Esto fue así hasta que en la recta final el portero cordobés no pudo atajar el esférico tras un potente disparo de Manu Vallejo y David Toro, más listo que nadie, hizo gala del oportunismo que suele caracterizar a los depredadores del área. El propio Vallejo anduvo cerca de incrementar la ventaja de inmediato, pero no logró mover el 1-0.

Tras el intermedio, el conjunto membrillero no se asemejó para nada a lo que debe ser un vicelíder y el primer clasificado llegó a gustarse, hasta el punto de que entonces sí creó bastantes oportunidades a cambio de una sola de verdad del San Fermín. El 2-0, un gran gol marca de la casa de Manu Vallejo al colocar un derechazo en la mismísima escuadra dejó todo visto para sentencia y la guinda la puso el central Moi con un testarazo con el que remató una falta lanzada por Legupín.