Las convulsiones a la baja de la economía tienen su reflejo en la ACB. Seguirá siendo la competición nacional más reñida e interesante de Europa por el nivel medio de los equipos que pelean en ella, pero las arcas de los clubes no están tan rebosantes de líquido como otros años. La Liga pierde en cierta medida fuelle en cuanto a estrellas y el otrora floreciente sector del ladrillo va desapareciendo del panorama de la canasta.

La ACB que sube el telón este fin de semana será heterodoxa por cuanto no jugarán los 18 conjuntos de costumbre, sino 17 por el drama gerundense al no poder acometer los impagos el Akasvayu y decidir cerrar el chiringuito. No entra tampoco el Obradoiro, cuyo caso fue ganado en los tribunales después de años de espera y la Liga debe readmitirlo, quedando a expensas de que los gallegos hagan uso de su derecho de inclusión el próximo curso o incluso vendan su plaza a quien deseen.

La falta de cash no sólo dejó fuera de escena al Akasvayu, sino que un histórico como Estudiantes se mueve en el filo de la navaja a causa de las deudas contraídas y ello conlleva que haya bordeado el descenso hasta límites insospechados, como ocurrió el pasado curso, cuando se salvó por la campana en las últimas jornadas.

También en el Ricoh Manresa, un modesto con mucha trayectoria en la élite tras sus espaldas, solicitan apoyo institucional para bandear la situación crítica que sufre la economía global. En Murcia, también con la burbuja inmobiliaria detrás, tuvieron un verano de muchas fatigas para cuadrar los asuntos presupuestarios, aunque al final estarán en liza en la fase regular.

Dos desertores que atraviesan el Atlántico dejan la Liga con menos glamour y talento. A Rudy Fernández no se le ha podido retener más tiempo en Badalona y ha tomado rumbo a Portland para acompañar a Sergio Rodríguez. También Marc Gasol, con suculentas ofertas que quitaban el hipo en Europa, decidió seguir el camino de su hermano Pau y recalar en los Memphis después de coronarse en la ACB como el jugador más valioso de la fase regular.

Hay cambios interesantes, eso sí, como el viaje de Aíto García Reneses de la Penya a Unicaja, con la plata pekinesa con la selección por medio -de nuevo el equipo nacional empuja al interés por el baloncesto en nuestro país-; el regreso de Navarro de Memphis al Palau, donde es un semidiós, y el refuerzo en los despachos de Chichi Creus; la vuelta de Ivanovic a Vitoria en un movimiento inhabitual en Querejeta al no ser amigo de las segundas partes; el retorno de Zaragoza -gran plaza con muchísima tradición- a la ACB; la tercera etapa del heleno Dikoudis en Valencia; el trasiego de Pepe Sánchez por los grandes de la competición al marcharse del Barcelona al Real Madrid, con paso anterior por Málaga...

Tiene condimentos más que suficientes la ACB para enganchar al aficionado, aunque es obvio que se han aflojado algo los presupuestos de casi todos. Y para empezar, hoy hay dos partidos: el Granada-Bruesa (19:00) y uno de los platos fuertes de la competición: Unicaja-Real Madrid (20:00).