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Cuartos muy a la mano

  • El Atlético exhibe pegada en Leverkusen con un estelar Gameiro

El delantero francés Griezmann celebra su gol, que suponía el 0-2 provisional.

El delantero francés Griezmann celebra su gol, que suponía el 0-2 provisional. / friedemann vogel / efe

Un partido sensacional de Gameiro y cuatro goles, uno suyo, uno de Saúl Ñíguez, uno deGriezmann y uno de Fernando Torres, propulsaron al Atlético en su eliminatoria contra el Bayer Leverkusen, ya casi sentenciada por el despliegue ofensivo del equipo rojiblanco. Su ataque, liderado por Gameiro, fue imparable para el conjunto alemán y el resultado final, un 2-4, es muy bueno para la vuelta, pero pudo ser incluso mejor, por ambición, ocasiones y fútbol de un Atlético que lo tuvo todo para golear con roundidad pero que concedió dos tantos en su retaguardia.

El plan del Atlético surgió perfecto. Cada movimiento imaginado, diseñado meticulosamente, lo ejecutó al inicio. Lo tenía claro el equipo rojiblanco, que combatió las virtudes de su rival, el robo de balón en el medio y el contragolpe, con las mismas cualidades, pero con mucha más determinación.

Dentro de la previsible potencia e intensidad altísima a la que se jugó, el Atlético fue casi siempre mejor en ataque. Cada vez que superó la primera línea de su rival, corrió, combinó y ejecutó los ataques a toda velocidad, incontenible para el rival, desbordado por las continuas conexiones de un triángulo indescifrable para el once alemán: Saúl, Griezmann y Gameiro.

Su adversario aguantó las primeras ofensivas, con participación activa también de Carrasco, entre un despeje de Aranguiz, una parada de Leno y un larguero, pero luego fue noqueado con la contundencia ofensiva que pedían tanto Simeone como Gabi en la víspera del encuentro. La que propuso en cada transición ofensiva; la que demostró Saúl, que en una jugada mezcló todas sus cualidades, potencia, fuerza, conducción, disparo y gol, con una rosca en la esquina del área; y la que ofrecieron Gameiro y Griezmann en el 0-2.

Despejó Saúl desde su área, suficiente para los dos delanteros del Atlético, cuyo entendimiento es formidable. Hay muchos ejemplos en cada entrenamiento y en muchos partidos. Uno más este martes, cuando Gameiro aprovechó el error de Dragovic, condujo la pelota, la aguantó, llegó al área y esperó a Griezmann, que culminó el gol. Sin noticias de Chicharito Hernández y con sólo un susto, el que alivió Moyá con una estirada ante Kampl, fue un repaso que bien pudo ser un 0-4 al descanso, porque Leno paró otra conexión Saúl-Griezmann-Gameiro, pero que fue un inesperado 1-2 nada mas comenzar el segundo tiempo.

Una apertura sobre Henrichs y un remate de Bellarabi reanimaron el debate unos instantes, pero, realmente, no había mucha discusión. Ninguna para Gameiro, que desmontó a su adversario... una vez más. Su partido fue espléndido. De principio a fin. También en ese momento del 1-2, del que lanzó definitivamente al Atlético. Primero estrelló un derechazo en el larguero; después hizo una jugada sensacional, desmarcado hacia un lado y con un túnel después a Dragovic, que lo agarró y lo derribó fuera del área, aunque el árbitro lo vio dentro. Penalti ¿Un problema o una ocasión?

Después de que el equipo rojiblanco hubiera fallado ocho de sus últimos once lanzamientos, Gameiro confirmó que, esta vez, era una oportunidad. La transformó potente, por el medio, en el 1-3. No le bastó para disputar entero el encuentro. Un gol en propia meta, el 2-3 en un despeje de Moyá que rebotó en la rodilla de Savic hacia su propia portería, y once minutos después fue sustituido por Thomas, con gesto serio, pero con la seguridad y confianza de que su partido fue vital para un triunfo que culminó Fernando Torres.

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