El Málaga logró en el tiempo de prolongación un empate ante un Getafe que dilapidó, en una deficiente segunda mitad, una clara renta de dos goles. El empate, pese a ser considerado como un éxito por la manera en que llegó, no saca de la delicada situación al Málaga, que se encuentra como farolillo rojo, ya que en su feudo sólo ha logrado dos victorias y dos igualadas.

El conjunto malagueño empezó dominando, aunque en la primera llegada del Getafe inauguró el marcador. Un centro por la derecha de Pedro Ríos, toca en Weligton, el balón lo trata de frenar Arnau y su toque con la mano derecha pega en el cuerpo de Miku, sin marcaje, que consigue el primer gol.

El Getafe con el gol a favor, presionó y salió al contragolpe con los extremos Gavilán y Pedro Ríos, y sus compañeros Miku y Colunga, como jugadores definidores. El equipo malaguista, desordenado, lo intentaba con alguna jugada aislada, pero sin acierto, ante un rival muy tranquilo.

Estaba más cerca el 0-2 que el 1-1 y llegó en el minuto 24, en un pase en profundidad de Gavilán que dejó a la defensa del Málaga en evidencia y Colunga, a la salida alocada de Arnau, le elevó el balón, obteniendo un bonito gol.

Manuel Pellegrini trató de variar el juego y la actitud en la segunda parte con los cambios del delantero uruguayo Sebastián Fernández y de Portillo, por Maresca y Fernando. Algo cambió, por lo menos la entrega y las ganas, aunque no llegaba para ganar a un equipo tan experimentado como el Getafe.

El Málaga lo intentó por todos los medios y en el último tramo en una jugada personal de Recio hizo que el defensa Marcano tocara el balón con la mano dentro del área. Penalti que transformó Baptista en el minuto 79. Rondón, ya en la prolongación, aprovechó una dejada con el pecho de Fernández, y sólo tuvo que empujar el balón para llevar un extraño júbilo a la afición.